¿Por qué estoy triste sin saber por qué o sin motivo?

porque me siento triste de repente

Normalmente, el ser humano asocia el dolor emocional a un episodio trágico (normativo o no normativo) circunstancial tangible (enfermedad, fallecimiento de un familiar, ruptura de pareja, despido laboral, etc.). Sin embargo y, en ocasiones, mi experiencia en consulta me traslada a la realidad de la revelación comúnmente escuchada en muchos de mis pacientes: no tengo ninguna razón por la cual estar mal, pero me siento triste y solo quiero llorar a lo cual respondo “¿qué te trae por aquí entonces?” – “que estoy triste y no sé por qué.

Tras largas sesiones de valoración con el usuario/paciente me doy cuenta que gran parte de las razones que motivan a las personas a acudir a consulta son: decisiones incorrectas basadas en el miedo, la culpa, la necesidad o reconocimiento de aprobación social, una soledad que asfixia, un autosacrificio centrado en exclusividad por y para las necesidades de otros, la dificultad relacional a la hora de forjar vínculos de apego afectivos, duelos inconscientes no trabajados en su momento en forma de trauma, privación emocional, palabras no dichas, autoexigencias, perfeccionismo, egocentrismo, niveles bajos de autoconocimiento que al sujeto el impiden contextualizar muchas de sus conductas, las cuales, en muchas ocasiones son destructivas por ser evasoras del dolor emocional. Y, ante este último factor etiológico me pregunto: ¿el tiempo lo cura todo? Definitivamente no, el tiempo lo complica todo aún más ante conductas evasoras. ¿Te parecen razones suficientes sin motivo aparente?

¿Cuáles son las características de la tristeza?

La tristeza, como todas las emociones primarias, se caracteriza por un estado anímico transitorio la cual es reactiva ante cualquier episodio que la persona interpreta como aversivo, normalmente, tras una pérdida. El fenotipo clínico suele ser el desconsuelo, el llanto, la apatía, la dificultad en la toma de decisiones, la pérdida de interés por estímulos que en el pasado eran fuentes de satisfacción, la nostalgia y la negatividad.

El estilo cognitivo de la persona deprimida se caracteriza por ser dicotómico y rígido exhibido éste a través de un lenguaje absolutista. En este sentido son frecuentes los: “nunca, todo, siempre, nada, nadie, etc.”. Este estilo de pensamiento dificulta a la persona contemplar otras opciones alternativas que cambien el foco de atención y permitan un diálogo interno más óptimo. Dicho diálogo interno alternativo, racional, objetivo y más realista motiva al individuo a la acción. De lo contrario, el pensamiento se vuelve estático, anclado y en bucle en torno a una misma o varias ideas tóxicas; la rumiación mental.  La consecuencia es que la persona no centra su atención en la solución al problema, si no en la preocupación del mismo intentándose “ocupar” de un asunto sin hacer el despliegue de recursos necesario para la acción real.

Según Beck la tristeza patológica, entendida pues como depresión se configura en red alrededor de tres variables: pensamientos irracionales en torno al mundo, el self y el futuro.

¿Qué tipos de tristeza existen?

Atendiendo al factor “intensidad” la tristeza, como emoción primaria se puede expresar de forma más compleja, sensible y profunda.

Ejemplos de tristeza:

Angustia, desasosiego, desilusión, desesperanza, desesperación, frustración, resignación, nostalgia o melancolía.

¿Qué situaciones nos pueden provocar tristeza?

En este apartado me gustaría, primero que nada, hacer mención a la diferencia entre una depresión endógena y una depresión reactiva.

  • Factores internos:

    La depresión endógena está generada por factores internos, es decir, de origen biológico. En ésta, los usuarios suelen exhibir una personalidad depresógena acompañada de inestabilidad emocional e inseguridad con estados de preocupación y culpa constantes por una predisposición genética temperamental.

  • Factores externos:

    Por el contrario, la depresión reactiva, mejor conocida como trastorno adaptativo, guarda relación con acontecimientos vitales estresantes y/o aversivos (factores externos). La línea o el umbral puede ser muy fina o pequeño (respectivamente) para entrar en “bucle”.

¿Por qué nos ponemos tristes o nos desmotivamos?

Por pérdida de reforzadores que, químicamente me están desregulando a nivel cerebral (personas, actividades, etc.). El neurotransmisor estrella de todo este panorama, es la 5-HT más conocida como serotonina, la hormona encargada de la felicidad y de que sonriamos.

Si la balanza entre las circunstancias o episodios vitales, tanto positivos como negativos, está en equilibrio el estado de ánimo es estable. Si, por el contrario, acontece un episodio trágico o, hemos ido acumulando muchos estresores con el tiempo, la balanza se desequilibra y el estado de ánimo es negativo.

¿Cómo puede ayudar el llanto a superar la tristeza?

La hormona protagonista del estrés es el cortisol. Ésta el cerebro la segrega cuando nuestro organismo entra en un estado de lucha o huida ante una situación de peligro para mantenernos vivos.

Curiosamente, el llanto como la conducta principal de la expresión melancólica nos facilita la liberación de dicho cortisol, supresor del sistema inmune.

¿Consejos para superar la tristeza y el desánimo?

Nuestro cerebro tiene el propósito de mantenernos vivos. Pues estamos diseñados para ello, no para ser felices. La felicidad es una habilidad que se entrena con el pensamiento.

Siguiendo con el discurso de párrafos anteriores, cuando nos acontece la inestabilidad emocional, las emociones aversivas experimentadas (como la tristeza) están generadas por Pensamientos Automáticos Negativos instrusivoS (PANS) que, si se prolongan en el tiempo provocan que entremos en bucle.

Sesgos cognitivos, tenemos todos, pues son humanos. Y el hecho de que los tengamos no significa que seamos imperfectos si no que podemos aprender y mejorar. Aceptarlos no tiene por qué suponer un golpe para la autoestima, si no saber que sólo somos humanos, que nos podemos equivocar y que no todo lo que pensamos es cierto ni nos resulta de utilidad.

TIPS para superar la tristeza:

  • Acéptala como una emoción más, es la única forma de superarla sin juzgarla.
  • Detecta tu diálogo interno negativo.
  • Intenta localizar la razón y/o estímulo disparador que la provoca.
  • Realizar ejercicio físico es primordial para activar en nuestro organismo serotonina, oxitocina, endorfinas y dopamina. Neurotransmisores y hormonas antagónicos del cortisol.
  • Mantén una rutina óptima con hábitos saludables.
  • No esperes a tener ganas, haz cosas para tener ganas.
  • Cuida la alimentación, pues los alimentos que ingerimos guardan una estrecha relación con las emociones.
  • Intenta encontrar fuentes o estímulos nuevos de satisfacción.
  • Localiza cuáles son tus fortalezas, las cuales también te acompañan no sólo las debilidades.
  • Trabaja por tus metas, propósitos, sueños, etc. pues no hay refuerzo sin esfuerzo.
  • No reprimas tu dolor, compártelo seguro que alguien estará dispuesto a escucharte. Para ello se selectivo y escoge a aquellos agentes involucrados en tu red social más cercana como fuentes de apoyo social. Pues éste nos ayuda a estructurarnos emocional y cognitivamente cuando estamos atravesando una crisis emocional.
  • No existe transición sin crisis.

Un estímulo y/o situación aversiva se puede procesar de dos formas: desde un dolor limpio o un dolor sucio.

  • El Dolor limpio nos permite buscar una solución y avanzar. Se basa en la ACEPTACIÓN. La situación no puedo controlarla ni cambiarla, pero si puedo encontrar una solución al problema. Las soluciones que están en mi mano sí puedo controlarlas. Lo que no puedo controlar no me queda más remedio que aceptar.
  • El Dolor sucio se basa en la RESISTENCIA y las QUEJAS por creencias distorsionadas, ante un contexto que no puedo controlar ni cambiar, es irreversible. Con lo cual, querer cambiarlo no sirve de nada à SUFRIMIENTO.

¿Y si empezamos a aceptar que hay cosas que no controlo?

EL DOLOR EMOCIONAL ES INEVITABLE, EL SUFRIMIENTO OPCIONAL

Existen diferentes factores que pueden predecir el estilo de gestión de la adversidad:

  1. Si te sientes competente o no.
    • ¿No? será fundamental trabajar la AUTOESTIMA.
  1. Si te sientes capaz de hacerle frente o no.
    • ¿No? será fundamental trabajar la MOTIVACIÓN.
  1. Si percibes que posees un cierto control sobre dicha adversidad o no.
    • ¿No? será fundamental trabajar la ACEPTACIÓN.

¿Cómo saber si me siento triste o padezco de depresión?

El dolor es consustancial a la vida y, de hecho, nos permite estar vivos. Si no sintiéramos dolor nos moriríamos.

El dolor te dice: “Aquí hay algo que no funciona bien, hay un problema vamos a atenderlo”.

Sufrimos para estar vivos y son señales que debemos atender sin ningún lugar a dudas. Si las ignoramos, las tapamos o hacemos lo que no toca, eso sigue estando ahí.

Si una situación nos está provocando malestar muy posiblemente sea porque nos está pidiendo una acción o toma de decisión ya que la experiencia no es positiva. Y, a partir de aquí podemos hacer dos cosas: ignorar dicha emoción o atenderla.

¿La función de la tristeza cuál es? experimentar duelos para poder avanzar como principal agente de cambio y, además, nos advierte de valorar aquellos inputs que son reforzadores para nosotros.

Para mí, existen tres variables fundamentales para afincar la sospecha de patología:

  1. Frecuencia
  2. Durabilidad
  3. Intensidad de estados emocionales aversivos.

En este sentido, si la tristeza incrementa en cada una de éstas tres variables podemos estar hablando de una tristeza tóxica congruente con un trastorno de salud mental: la depresión con el matiz y variable diferencial de, impactar de manera significativa en las actividades de la vida diaria y funcionamiento vital del paciente como un continuo.

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