Tomar decisiones, en ocasiones, para todos es difícil, pero es imprescindible, porque la dualidad siempre existe y la realidad siempre te da la posibilidad de que seas libre para hacer elecciones y dirijas tu vida.
Las personas indecisas creen que no eligen pero también está eligiendo, eligen no elegir y esto, les genera un conflicto como resultado de esta falta de decisión interna y esto se mantiene latente, en ocasiones toda la vida, por no poder enfrentarse y decidirse.
Tomar una decisión nos libera y nos conduce a seguir creciendo, porque el conflicto nos genera estancamiento.
Para algunas personas es muy fácil tomar decisiones sin pensarlo mucho, mientras que para otras, tener que tomar una decisión puede significar largas horas de ponderar pros y contras, consultar a otros, investigar, y aún después de haber elegido una opción quedarse con la duda.
Consecuencias de la falta de seguridad en uno mismo
La incapacidad para tomar decisiones puede acarrear importantes interferencias nuestra vida social y laboral. Por lo que, tenemos que dejar de ser inseguros, para descubrir cómo coger el toro por los cuernos y aprender a tomar nuestras propias decisiones.
Lo que es fundamental que localicemos ahora qué es lo que está causando nuestra indecisión: ¿Es el miedo a perder algo o a alguien?, ¿Es el miedo a no ganarlo u obtenerlo todo? ¿Es el miedo al fracaso?… Si tienes miedo, y ese miedo nos trata de forzar a no tomar una de las decisiones, esa debería ser una buena indicación de que las cosas no van como deberían y que tenemos que hacer algo para cambiarlo. Debes pensar y recordar que nosotros tenemos el control de nuestra vida, y lo que vivamos dentro de 20 años, será el resultado de las decisiones que hayamos tomado desde el momento presente, unido con todas aquellas decisiones que ya hemos tomado en algún momento de nuestra vida.
En ocasiones, puedes tener suerte y que las cosas se “encarrilen o solucionen solas”, pero, por desgracia, el tiempo no siempre te lleva a la solución acertada sin valorarla. Muy a menudo, o tomamos nosotros la decisión o permanecemos en la incertidumbre por mucho tiempo.
No tomar decisiones a largo plazo puede tener repercusiones importantes como:
- Baja autoestima
- Aislamiento social
- Baja tolerancia a la frustración
- Sensación de falta de control vital
- Interferencias sociales y laborales
- Problemas mayores por no resolver el problema
¿Quieres saber tu grado de indecisión?
Si quieres saber de forma inmediata tu grado de inseguridad puedes hacerlo con este test interactivo que te da una respuesta.
8 consejos para recuperar la confianza en uno mismo
- No inviertas tu energía en decisiones sencillas. Tomar decisiones es agotador y nuestra reserva de energía no es infinita. Cuanto más la usemos, menos tendremos. Cuando tengamos que tomar una gran decisión en nuestra vida, tenemos que llevar el resto de actividades y situaciones que nos rodean, de manera más simple para no perder el tiempo en cosas no importantes. Barack Obama lo comentó muy bien en una entrevista para Vanity Fair en la que decía: “Ustedes me verán usar sólo trajes grises o azules”; “Estoy tratando de disminuir el número de decisiones. No quiero tener que decidir sobre lo que voy a comer o vestir. Porque tengo demasiadas decisiones más importantes que tomar”. Es imprescindible «ahorrar» nuestra habilidad de tomar decisiones, para cuando realmente la necesitemos. Cuando algo grande o difícil ocupe nuestro pensamiento, no tenemos que desperdiciar horas pensando en que camisa ponerme hoy si azul o amarilla. Eliminemos esas pequeñas decisiones y establezcamos una rutina (trajes azules toda la semana) o limita a 5 minutos el tiempo para tomar estas decisiones. Haz tu vida más simple en este aspecto.
- Piensa en lo que realmente quieres TU. Que conozcamos lo que queremos es el principal factor que nos ayudará a ser más seguros. Cuando tenemos varias decisiones que tomar en un proyecto, lo mejor es revisar nuestros objetivos para tomar el camino más adecuado para lograr el fin que deseamos.
- Detectemos cuál es nuestro miedo. En muchas ocasiones, la indecisión aparece porque tememos los resultados posibles negativos que puedan obtenerse tras tomar la decisión. Algunos de estos miedos son irracionales, otros pueden ser justificados, pero el hecho es que si se ignoran no llegaremos a ningún sitio. Tenemos que aprender a manejar el miedo para que no nos paralice. Tenemos que a nuestros miedos, analizar si son justificados y entonces establecer un plan para tomarlos en cuenta en nuestra decisión.
- Hagamos caso a nuestros instintos. Cuando se trata de que tengamos que tomar decisiones personales complicadas, es posible, que nuestro subconsciente tenga la mejor respuesta. No se trata de simplificarlo al extremo de «sigue lo que diga tu corazón o tus instintos», sino de prestarles algo de atención. Para tener en cuenta lo que nos dicen nuestras «corazonadas», no hay nada como hacer caso a las señales de nuestro cuerpo, donde se manifiestan, más de lo que se creemos, ya que, nuestro subconsciente nos ayuda en la toma de decisiones. Cuando pensemos en los diferentes caminos que podemos tomar, escuchemos lo que nuestro cuerpo nos dice y tengamoslo en cuenta.
- Definamos nuestras metas. Si nuestras metas son imprecisas, será menos probable que hagamos las cosas. Sin embargo, si somos más específicos al elegir algo que sea medible, es más probable que podamos comprometernos. El método SMART que vimos hace unas semanas, es útil aquí, ya que, representa las cualidades que deben tener tus metas: específicas, medibles, alcanzables, centradas en los resultados y de tiempo limitado. Puedes leer el artículo pinchando AQUÍ.
- Refuérzate cuando consigas algo. Si hemos conseguido algo, felicitémonos por ello. Es bueno decirnos a nosotros mismos que hemos hecho un buen trabajo, incluso si solo hemos logrado parte de nuestra meta.
- Investiga. Si no somos capaces de tomar ninguna decisión respecto a cómo queremos avanzar, es posible que necesitemos salir y probar cosas nuevas. Acudir a una clase, leer algunos libros, probar algunos hobbies nuevos, en definitiva, salir de tu zona de confort y probar cosas nuevas puede ayudarte a arrancar tu vida.
- No procrastines. Si siempre dices que eres un procrastinador, entonces serás uno. En otras palabras, si siempre te identificas de esa manera, te acondicionas a actuar así. Mejor di cosas como: “Me gusta terminar mi trabajo a tiempo sin aplazarlo”.
¿Qué te parecen estos consejos para conseguir ser más seguro? ¿Cuáles crees que te van a ser más útiles?
Hasta el próximo día!!
Un comentario
Tu seguridad codiana en tu accionar puede hacerte muy fuerte y dirigido a tu completo desarrillo,personal y hacer de ti una persona triunfadkra ante terceros y anta la magna vida.
No debes amilanarte, porque la misma vida te aplaudirà por tu grandeza personal.
Veràs que tus labores se volveràn muy livianas cuando tu brazo ejecutor golpee con poder lo que se ponga de frente,con fines sospechosos y de duda .