Tipos de trastorno obsesivo compulsivo o TOC

TOC

En la película «Mejor imposible», Jack Nicholson se pone en la piel de Melvin, un hombre maduro y solitario asaltado por obsesiones persecutorias que lo llevan a ejercer una serie de rituales específicos al regresar a su hogar como encender la llave de luz repetidas veces y lavarse las manos compulsivamente, siempre con un jabón nuevo, es un buen ejemplo de vida de una persona que padece un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).

Qué es trastorno obsesivo compulsivo o TOC

El TOC es un problema común que afecta al 2 por ciento de la población y afecta a hombres y mujeres por igual. Es un trastorno perteneciente al grupo de los trastornos de ansiedad caracterizado por obsesiones y compulsiones.

Síntomas del trastorno obsesivo compulsivo

Obsesiones: Las obsesiones son ideas, imágenes e impulsos que pasan por la mente de una persona una y otra vez. Una persona con OCD no quiere tener estos pensamientos y los encuentra perturbadores, pero no puede controlarlos. A veces, estos pensamientos vienen de vez en cuando y son solo levemente molestos. Otras veces, una persona que tiene OCD tendrá pensamientos obsesivos todo el tiempo.

Compulsiones: Los pensamientos obsesivos hacen que las personas que tienen OCD se sientan nerviosas y con miedo. Intentan librarse de estos sentimientos realizando determinadas conductas según «reglas» que ellos mismos crean. Estas conductas se llaman compulsiones. (Las conductas compulsivas también se llaman, a veces, rituales). Por ejemplo, una persona que tiene OCD podría tener pensamientos obsesivos sobre gérmenes.

Debido a estos pensamientos, es posible que la persona se lave las manos repetidamente. Realizar estas conductas, por lo general, solo hace que los sentimientos de nervios desaparezcan por poco tiempo. Cuando el miedo y el nerviosismo regresan, la persona que tiene OCD repite la rutina nuevamente.

El TOC es un trastorno de ansiedad más limitante de lo que podemos imaginar, son personas que sufren mucho y que invierten cantidades de tiempo brutales pensando en su miedo o realizando sus compulsiones. Además, tienen que lidiar con la incomprensión de los demás, es un trastorno en el que muy pocas personas son capaces de empatizar, los etiquetan como «bichos raros» y ven muy sencilla la solución y esto a las personas que lo padecen les hace sentirse peor aún, ya que, claro que la solución es dejar de repetir, ordenar, tirar cosas, etc, pero eso es fácil para alguien que no tiene este trastorno pero para ellos no, solo les hace sentirse más presionados.

Tipos de trastorno obsesivo compulsivo TOC

Dentro del T.O.C. se pueden diferenciar como más comunes las siguientes clases de trastorno obsesivo compulsivo:

  • Lavadores y limpiadores: las personas con trastorno obsesivo compulsivo limpieza son personas a las que carcomen obsesiones relacionadas con la contaminación a través de determinados objetos o situaciones.
  • Verificadores: son personas que inspeccionan de manera excesiva con el propósito de evitar que ocurra una determinada catástrofe.
  • Repetidores: son aquéllos individuos que se empeñan en la ejecución de acciones repetitivas.
  • Ordenadores: son personas que exigen que las cosas que les rodean estén dispuestas de acuerdo con determinadas pautas rígidas, incluyendo distribuciones simétricas.
  • Acumuladores: coleccionan objetos insignificantes, de los que no pueden desprenderse.
  • Con Rituales mentales: acostumbran a apelar a pensamientos o imágenes repetitivos, llamados compulsiones mentales, con el objeto de contrarrestar su ansiedad provocadora de ideas o imágenes, que constituyen las obsesiones.
  • Numerales: buscan sentido a los números que les rodean; sumándolos, restándolos, cambiándolos hasta que les da un número significativo para ellos.
  • Atormentados y obsesivos puros: experimentan pensamientos negativos reiterados, que resultan incontrolables y bastante perturbadores. No obstante, a diferencia de quienes sufren los demás tipos de T.O.C., no se entregan a comportamientos reiterativos de tipo físico, sino a procesos reiterativos únicamente mentales.
  • Sexuales: pensamientos sexuales recurrentes, abarcan todas las particularidades y conductas sexuales, como: ideas infundadas sobre tener disfunciones sexuales o no ser apetecible.

Ejemplos de trastorno obsesivo compulsivo

Testimonios de personas como tu y como yo, 100% reales que han pasado en algún momento de su vida por algún problema de salud mental. Hoy comparto con vosotros el testimonio de una persona muy especial para mi, es una persona que está luchando día tras día con un TOC y que ha hecho grandes esfuerzos por seguir adelante.

Rosa.

Este testimonio sería un ejemplo de una persona que padece este tipo de trastorno y como podéis ver es muy incapacitante y perturbador.

Rosa tiene 38 años. Cuando era niña realizaba algunos rituales que podían asociarse a un TOC, pero ella los atribuía a su personalidad. «Yo soy así, llego temprano a todos lados, soy ansiosa», decía y no le daba mayor importancia. En 2007, cuando se quedó embarazada empezó a sentir un montón de síntomas raros. «Todo el tiempo pensaba que estaba enferma. Tenía taquicardia y pinchazos en todo el cuerpo. Iba al médico y me decían que no tenía nada, pero yo pensaba que sí», explicó.

Cuando nació su hijo todo empeoró. «A los 10 días el bebé estaba llorando y yo estaba muy nerviosa y no sé porqué se me pasó por la cabeza que iba a coger un cuchillo y que lo iba a matar. Desde ese momento esa idea se me transformó en una obsesión. Era algo totalmente absurdo, un pensamiento irracional. ¿Cómo yo, que no mataba ni a una mosca, le iba a hacer daño a mi propio hijo? Creía que me estaba volviendo loca», relató.

«Ese pensamiento se me pasaba por la cabeza y no lo podía evitar. Era un sufrimiento total, estaba todo el día angustiada, llorando y no podía decírselo a nadie, ni a mi marido, ni a mi familia. ¿A quién le iba a decir que tenía miedo de matar a mi hijo?», recordó.

Rosa aguantó durante un año sin saber qué era lo que tenía, hasta el día en que vio que un psicólogo describió en televisión un caso similar al suyo. Ahí supo que no estaba sola y decidió buscar ayuda terapeútica. «Los primeros seis meses fueron muy duros, pero después empecé a mejorar gracias a la medicación y a la terapia individual y grupal. Al año ya estaba relativamente bien», contó aliviada, aunque el tratamiento se alargó hasta finales del año pasado. Os recomendamos que descubráis más sobre este trastorno en una web amiga Curar el TOC. Allí encontraréis muchísima información de gran utilidad.

Marc.

Respira hondo. Imagina que estás en un zoológico, mirando el recinto de los leones. Te acercas a la valla para ver mejor, resbalas, caes dentro, te incorporas y ves que tienes delante a una fla de leones mirándote. ¿Qué pasa por tu mente? ¿Cómo se pone tu corazón? ¿Y tu boca? ¿Te sudan las manos? ¿Cuáles son tus impulsos? Este infierno es por el que paso desde hace años todos los días (y a veces varias veces).

Os presento al TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo). Nunca he sabido cuando empezó. Ni si es heredado o educacional. Mirando hacia atrás descubro manías que en su día no les prestaba atención, eran tonterías, juegos de niño. Pero hace unos años me di cuenta de que no podía acostarme tranquilo porque la ropa estaba mal plegada y me levanté varias veces a plegarla “correctamente”; empecé a lavarme las manos varias veces porque quedaban restos de jabón; tocaba una y otra vez una pieza en la guitarra porque tenía que salir perfecta incluso habiéndome generado una tendinitis, dejé de tomar determinados alimentos porque no eran “saludables” y así, fui coleccionando cada vez más manías hasta llegar al punto de no poder hacer prácticamente nada cotidiano porque todo lo que hacía me generaba un nuevo ritual y horas de trabajo.

¿Cómo se vive con un TOC? 

No se vive. Créeme cuando te digo que cualquier tarea simple y normal se convierte en un inferno. Leer, limpiar la casa, poner una lavadora, ducharme, comer, trabajar, salir por la calle se volvían trabajos titánicos e interminables debido a la ansiedad que me generaba no cumplir con los rituales asociados a ellas. Podía acostarme a las 4:00 ó 5:00 de la mañana ritualizando y me levantarme a las 8:00 para poder llegar a las 10:00 al trabajo o incluso llegar tarde. En algunas ocasiones llegué a juntar la noche con el día sin ser capaz de poder parar mis compulsiones. Dejé de trabajar, dejé de tener vida social, perdí amigos, pareja e incluso peligró mi vida por mi falta de alimentación.

En el barrio me miraban mal, incluso familiares y amigos me rechazaron. Y aún teniendo una incapacidad vital tan grande no contaba a nadie lo que me pasaba. Un gran error, lo reconozco, pero la vergüenza era (o es porque de echo no pongo mi nombre en este artículo) tan fuerte que no tenía fuerzas para abrirme a nadie. Llegué tropezarme con profesionales que sólo me daban multitud de pastillas y me decían que volviera en dos meses o que sólo tenía que dejar de hacer las cosas (¡Vaya! ¡Has dado con la clave!).

Es un trastorno muy poco conocido y asociado a la “locura” (no me gusta usar este término con nadie). La gente, la mayoría por ignorancia, suele catalogar de locos a los que tenemos este problema y esto hace que aún seamos menos capaces de hablar del problema con lo cual sigue y sigue creciendo. Creo que lo peor de todo es que una persona con TOC es totalmente consciente de lo que hace (o deja de hacer) en cada momento. Mi mente no descansa nunca e incluso cuando está bien piensa en que no puede ser y genera un nuevo ritual. Hay muchos tipos de TOC, comprobación, limpieza, acumulación, etc. Pero al final todos son el mismo problema, aunque por desgracia hay algunos más “admitidos” que otros, pero tiene el mismo problema quien comprueba la luz 25 veces, quien limpia 14 veces la cocina o quien no la limpia nunca.

Somos un 2’5% de la población española con TOC (diagnosticados) y aunque los avances son grandes, es complicado tratarse de este problema. No porque no haya profesionales sino porque no estamos apoyados ni reconocidos por nadie, no teniendo ningún tipo de ayuda aun siendo una de las 7 enfermedades mas incapacitantes que hay. La seguridad social no trata la raíz, sólo prescriben pastillas y acudir a una terapia es la pescadilla que se muerde la cola, si no trabajas no tienes dinero, si no estás bien no trabajas.

Por otro lado, hay que saber distinguir entre manías, que todo el mundo tiene y TOC, ya que se está frivolizando bastante sobre el tema. Podemos tener costumbres peculiares, tender los calcetines por pares, comprobar las llaves del gas o el cerrojo de la puerta cuando sales de casa, etc. Pero si estando en el coche eres capaz de volver a casa a comprobarlo, yo de ti buscaría ayuda.

Por suerte, actualmente se está empezando a visualizar más el TOC en nuestra sociedad, pero aún queda mucho trabajo por hacer hasta conseguir que igual que si te rompes una pierna vas al traumatólogo podamos decir con normalidad: -Tengo TOC, voy a pedir cita.- Muchas personas creen que ir al psicólogo es estar loco (otra vez esta palabra), pero os digo, igual si vas no te vuelves.

Personalmente cada vez hablo con más normalidad y sin vergüenza sobre el TOC, de echo escribir esto es un paso muy importante en mi proceso, quizá un día sea capaz de escribir mi nombre, pero ahora mismo me están mirando los leones mientras escribo. Cuando tienes TOC el término “no puedo” cobra un sentido diferente, es saber que sólo tienes que apagar la luz una vez pero estás dándole sin parar arriba y abajo, arriba y abajo. Te machaca la culpabilidad al pensar que los demás están sufriendo y pagando las consecuencias de tu problema. Y es lógico porque no tienen ni idea de lo qué supone para ti cualquier tarea. Las pocas veces que he sido capaz de hablar con gente no llegan a entender qué es lo que me pasa, porque además, físicamente estoy en perfecto estado (aunque llegué a no estarlo).

Por mi cabeza pasaba de todo: -¿No me voy a curar nunca?- -¿Tengo que aprender a vivir con ésto?- -¿Ésto es vivir?- Mi frustración crecía tras ir de terapeuta en terapeuta y no conseguir nada hasta un día en el que decidí que o me moría o salía de ya y como por magia encontré a una persona que literalmente me salvó la vida y durante un tiempo hice una vida normal. Encontré trabajo, pareja, casa y recobré esa vida social que perdí.

Al tiempo volví a recaer, y fue mucho más duro porque ya sabía donde me volvía a meter, y así, poco a poco, iba perdiendo las ganas de luchar hasta otra vez casi como por magia encontré (si me oye la psicóloga hablar de magia me suspende el examen jajajaja), a otra persona (para la que escribo este artículo).

Uno me salvó la vida y la otra me la está devolviendo. Mis progresos han sido impresionantes, no sólo a nivel TOC sino a otros niveles de mi vida en el que he aprendido a respetarme, quererme, no sentirme culpable, poner límites, disfrutar de la vida y sus placeres… El trabajo ha sido muy duro, aún me queda igual de duro y aquí, ahora, me surge esta pregunta: ¿Se sale de ésto? Por supuesto, he salido 2 veces y ya sabéis… a la tercera…

¿Qué os parece vivir en un TOC? ¿Has pasado por esta situación o estas en ella? Nos encantaría que nos contaras tu testimonio, ya que, estamos seguros de que podrás ayudar a otras personas. Si quieres hablar con la persona que ha escrito este artículo manda un correo electrónico aquí y os pondremos en contacto.

Si estás luchando contra el TOC y necesitas una ayudita de motivación, te recomendamos este vídeo de la web Cura del TOC.

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2 comentarios

  1. Hola buenas tardes
    Soy sorda y llamo Lourdes con 54 años
    Yo lloró mucho siempre desde toda vida hasta ahora por depresión, deprimas, discriminación y familia están encima de mi (discutir), fallecen de mi familia.
    Soy toc de llorar?? Que no puedo curar de llorar que no parar .

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