¿Qué resiliencia en psicología?
La resiliencia es la capacidad que tiene una persona de recuperarse de la adversidad y lograr adaptarnos lo mejor posible ante las tragedias, los traumas, las amenazas o el estrés intenso. Para la psicología positiva un problema es una oportunidad de cambio, un desafío, el cual puede ser enfrentado y superado y lo conseguimos precisamente mediante la resiliencia.
¿Qué significa ser una persona resiliente?
Existen personas, las cuales se reponen más fácilmente ante cualquier crisis emocional. Sin embargo, en mayor o menor medida todos tenemos dicha capacidad. Tardamos más o tardamos menos en superar un mal trago ajustando poco a poco todos los aspectos de nuestra vida hasta que vamos adaptándonos a la nueva situación.
Ser resiliente no es sinónimo de no sentir malestar, dolor emocional o dificultad ante las adversidades, más bien, sería aceptar las cosas como vienen siempre y cuando no podamos hacer nada para cambiarlas ya que son irreversibles.
Si nos imaginamos un río observamos el agua con una actitud flexible, moldeable, fluye sin contratiempos superando todos los obstáculos. Sin embargo, a nosotros los humanos en ocasiones nos cuesta mucho hacer lo mismo, por lo que en ocasiones nos vamos golpeando con todo lo que encontramos en el camino.
Si uno de dichos golpes ha sido duro, podremos pararnos por un tiempo frente a la orilla de dicho río para pensar cómo actuar ante tremendo desafío, aunque, no obstante, llegará un punto en donde tendremos que reiniciar la travesía.
¿Qué se necesita para ser una persona resiliente ejemplos?
La muerte de un ser querido, una enfermedad grave, la pérdida del trabajo, problemas económicos importantes, etc., son situaciones que tienen un gran impacto en las personas, produciendo una sensación de inseguridad, incertidumbre y dolor emocional. Aún así, la personas resiliente lograría, por lo general, sobreponerse a estos sucesos y adaptarse bien a lo largo del tiempo.
El camino que lleva a la resiliencia no es un camino de rosas, sino que implica un significativo estrés y malestar emocional, a pesar del cual las personas sacan la fuerza que les hace conseguir tirar hacia delante con sus vidas ante la adversidad o la tragedia.
Fábula de Jean de La Fontaine sobre la resiliencia
Hace muchos años nacieron juntos en un prado un roble y un junco, con el tiempo el roble creció grande y robusto. Por el contrario, el junco era pequeño, delgado y débil. El roble era poderoso y el junco apenas podía sostenerse en pie. El junco sentía cierta tristeza al ver a ese árbol tan vanidoso. Un día un fuerte tornado arrasó la comarca. El roble hacía grandes esfuerzos por mantenerse en pie oponiéndose al fuerte viento que lo azotaba. Luchó hasta que, por fin el tornado terminó arrancándolo de raíz. El junco aún terminaba en pie, lo que parecía su debilidad lo había salvado mientras que, el inflexible roble soberbio que se creía invulnerable terminó convirtiéndose en leña.
Jean de La Fontaine (s. XVII)
¿Cuáles son las dimensiones de la resiliencia?
- Introspección: capacidad que tenemos de observarnos, de conocernos a nosotros mismos y darnos una respuesta honesta y sincera respecto al mundo exterior.
- Motivación: capacidad de darle sentido a la vida creando nuestro propio proyecto personal.
- Autorregulación emocional: habilidades propias para afrontar tensiones, sin victimismo y disminuyendo el estrés.
- Independencia y individualidad emocional: capacidad de mantenernos a una distancia emocional y física ante los conflictos sin aislarnos. Saber fijar límites entre uno mismo y el entorno con problemas.
- Autoconfianza: autoestima equilibrada, iniciativa y responsabilidad para lograr una sana autonomía personal.
- Adecuadas habilidades sociales: habilidad para establecer vínculos afectivos con los demás creando relaciones saludables. Equilibrar nuestra propia necesidad de afecto.
- Actitud positiva y optimismo: capacidad para resolver problemas de forma creativa, desdramatizando.
- Humor y creatividad: poseer herramientas para resolver problemas relativizando y sabiendo encontrar lo cómico en la propia tragedia.
- Colaboración y compromiso: capacidad de comprometerse con valores y ayudar a los demás.
Características de las personas resilientes
No es una casualidad que determinadas personas se sobrepongan de manera rápida y eficiente a los duros golpes de la vida. Las personas con gran capacidad de resiliencia son optimistas, flexibles al cambio y tenaces en sus propósitos. Afrontan la vida como viene con humor, son objetivas, empáticas y saben positivamente lo que tienen y no bajo control. Son conscientes de sus limitaciones y fortalezas decidiendo así lo que necesitan en sus vidas. Logran continuar con su vida tras el trauma con una actitud más allá de lo esperado transformando dicho trauma en algo positivo. Pues gracias a él se descubren nuevos recursos que, en principio la persona ni sabía que tenía.
A priori, no hay nada que diferencie a alguien con gran capacidad de resiliencia a alguien sin ella, salvo la forma de afrontar la situación. El sufrimiento y duelo es el mismo. Sin embargo, los primeros se centran en la solución, los segundos en el problema o en el dolor. Los resilientes ponen su objetivo en seguir viviendo, pues es la única opción. O nos centramos en el dolor o nos centramos en dejarlo atrás. Es una decisión como cualquier otra.
Estas son las características de las personas resilientes:
Poseen tres cualidades principales:
- Aceptación de la realidad tal y como es
- Profunda creencia de que la vida tiene sentido
- Poseen una inquebrantable capacidad para mejorar.
Además, presentan las siguientes habilidades:
- Capacidad de identificar de forma precisa las causas de los problemas para impedir que vuelvan a repetirse en el futuro.
- Habilidad de control sobre sus emociones, sobre todo ante la adversidad y pueden mantener la calma en situaciones de crisis.
- Controlan sus impulsos y su conducta en situaciones de presión elevada.
- Optimismo realista. Suelen pensar que las cosas van a ir bien, tienen una visión positiva del futuro y creen que poseen gran parte del control de sus vidas, pero sin dejarse llevar por la irrealidad o las fantasías.
- Creen en sus competencias y confían en sus propias capacidades.
- Empatía. Buena capacidad para interpretar las emociones de los demás y conectar con ellas.Y tu… ¿Eres resiliente?
¿Por qué hay gente a la que le cuesta tan poco superar una situación de estrés severo y otras a las que le cuesta meses o años en recuperarse?
Nadie nace así, el resiliente se hace lo cual no querrá decir que las personas resilientes no sufran la misma angustia o tristeza. La diferencia es que para estos individuos independientemente del impacto que la situación pudiera tener en sus vidas, cuentan con recursos que les permiten sobreponerse y readaptarse a la nueva situación.
La resiliencia no es algo que tienes o no, no es una cualidad específica de nadie. Todos lo somos, es un proceso, un conjunto de pensamientos, conductas y acciones que cualquiera puede aprender.
En relación a ello, quisiera aprovechar para mencionar el concepto de la neuroplasticidad, pues gracias a ésta con un poco de esfuerzo todo el mundo puede aprender a ser resiliente. Todo dependerá de la voluntad que se tenga a la hora de relacionarse con la adversidad, desde el reto o la amenaza.
Resiliencia y autoestima, el cóctel perfecto para superar adversidades
Por otro lado, la resiliencia está íntimamente ligada a la autoestima. Un niño con una buena autoestima será un adulto con una buena capacidad de resiliencia, lo que le capacitará para soportar mejor los obstáculos que la vida le ponga. Los primeros años de nuestra vida son vitales para adquirir dicha capacidad. Así pues, si en la actualidad un adulto tiene baja capacidad de resiliencia es porque no le enseñaron a serlo. Desarrollar o no dicha habilidad depende mucho de nuestra educación, de nuestras relaciones familiares, cultura e incluso del contexto social.
La resiliencia por tanto más que una cualidad es una habilidad la cual la conforman un conjunto de factores que lo convierten en toda una forma de vida. En el fondo no es más que una estrategia para sufrir lo justo y seguir adelante.
¿Qué acciones podemos implementar para favorecer el auto cuidado y desarrollar nuestras capacidades de resiliencia?
Se puede comenzar a trabajar ejecutando actividades que aumenten la autoestima, para construir una visión más positiva de uno mismo. Este es el pilar de la autoconfianza, confianza en las propias habilidades y fortalezas. Es decir, saber que uno es capaz de superar la situación o de reinventarse si es necesario, aunque en muchos momentos no se posea ni la más remota idea de cómo hacerlo.
El primer paso es CREER y, a partir de ahí la respuesta al “CÓMO” ya vendrá sola. El potencial individual no se descubre hasta que uno no cree y, por ende, se enfrenta. Desde luego, la capacidad existe, pero sólo se podrá hacer uso de ella si realmente crees que la tienes.
Uno de los factores que más ayudan a la hora de desarrollar la resiliencia es mantener relaciones basadas en el amor y la confianza, con el apoyo social necesario para estructurarnos cognitiva y emocionalmente.
Si nuestra meta es convertirnos en individuos resilientes deberemos aceptar que el cambio forma parte de la vida. Es de hecho imprescindible y nada permanece inmutable por siempre. Aceptar esto nos pondrá un paso por delante puesto que nos ayudará a establecer lo que se puede cambiar y lo que no. El gasto físico y emocional que supone resistirnos a lo inevitable es inmenso.
Entender las crisis como situaciones que debemos superar y podemos. No podemos evitar que la vida nos golpee de vez en cuando, pero si podemos cambiar la forma de interpretar dichos cambios y de hacerles frente como un reto a superar desde la confianza de que podemos buscar y encontrar soluciones.
Pues en los momentos más grises será el momento de iniciar o empezar a retomar. Se trata de canalizar el dolor y la frustración de forma útil intentando focalizar la atención en metas alcanzables para empezar a coger fuerza y activar. Quedarnos por mucho tiempo barajando una decisión será peor, cuanto más lo pensemos más nos costará romper con el piloto automático en el que en dicho momento nos vemos inmersos.
Es muy recomendable pensar en un futuro prometedor, en que las cosas pronto van a mejorar. Cuando la vida nos juega una mala pasada es como si apagaran la luz de todo menos del suceso que tenemos delante, obviamente así se hace complicado ver algo más que eso. ¿Y si intentamos ver todo con un poco más de perspectiva?
Imaginemos que nos elevamos y contemplamos la vida desde arriba. Nos daremos cuenta de que todavía existen muchas cosas por las que merece la pena seguir luchando y viviendo. ¿Y si no es tan grave como parece? A veces en esta vida toca perder, pero si reflexionamos un poco nos daremos cuenta de que solo perdemos cuando decidimos tirar la toalla. La clave está en mantener la perspectiva con optimismo agradeciendo siempre lo que nos queda.
Autoconocimiento y resiliencia
La siguiente premisa a tener en cuenta consiste en el autodescubrimiento. Alimentemos el autoconocimiento para indagar dentro de uno mismo. Intentar comprender qué tenemos que aprender de la situación y cómo influye el suceso en el crecimiento personal individual.
Ante una crisis se abre un duelo, el cual supone un proceso para el que necesitamos tiempo. No obstante, nadie impone cuánto tiempo debe durar ese duelo ni la intensidad a la que se viva.
Herramientas para trabajar nuestra capacidad de resiliencia hay muchas, sólo tenemos que identificar las que mejor nos sirven a cada uno.
No nos centremos en ser inmunes al sufrimiento, no nos resistamos a él es inevitable y forma parte de la vida. Emociones adversas vamos a experimentar siempre, aceptándolas es la única manera de superarlas.
Pensemos en alguna situación pasada que nos produjo dolor y recordemos cómo pudimos salir de ella, ¿por qué en esta ocasión va a ser menos? La capacidad y habilidad ya te demostrarte que la tienes, además ahora posees la estrategia y los recursos al uso, sólo falta ponerlos en práctica de nuevo y aceptar para avanzar.
Test resiliencia
Descubre si eres una persona resiliente
Time is Up!
Time's up
2 comentarios
Muchas gracias por tocar este tema y explicarlo también. Tengo de todas formas una pregunta: ¿Puede una persona que ha sido resiliente la mayor parte de su vida, dejar de serlo por un periodo de tiempoo para toda la vida por un trauma o hecho que lo desequilibra emocionalmente?
Un abrazo y espero tu respuesta.
Ser resiientes no significa ser una piedra, puedo tambalearme y necesitar unos días para volver al equilibrio. Eso sí, luego resurjo de mis cenizas y sigo adelante con optimismo y esperanza. Un abrazo