Depresión navideña, cuando la Navidad se convierte en tristeza

depresión blanca o navideña

Las vacaciones navideñas son un caldo de cultivo idóneo para que se produzcan grandes contrastes entre el paisaje de dentro (nostalgia, tristeza o estrés, se añade este año preocupación por el futuro) y el de fuera: alegría, alegría, alegría, como dice el villancico. ¿Cómo nos puede afectar y cómo podemos lidiar con ello? Empecemos por entender porque nos deprimimos en Navidad y en qué consiste la depresión blanca o navideña.

¿Qué es la depresión navideña o depresión blanca?

La depresión blanca, también conocida como «blues de navidad«, no es un trastorno psicológico sino que la depresión navideña se trata de un estado de ánimo negativo y temporal que aparece como respuesta a ciertos estímulos del entorno relacionados con la Navidad (villancicos, adornos, reuniones) y que nos puede producir un estado de nostalgia, tristeza, falta de apetito, alteraciones del sueño, ansiedad y estrés.

Esta depresión suele ser pasajera y suele ser el fruto de emociones no expresadas en otras épocas y que afloran en Navidad, en contraste con lo que deberíamos sentir o lo que los medios de comunicación nos venden.

¿Cuáles son los síntomas de la depresión navideña?

Tal y como hemos comentado los síntomas de la depresión blanca o depresión navideña son muy parecidos a los de una depresión común, pudiendo causar profundos sentimientos de tristeza, episodios de estrés,  falta de apetito, ansiedad, insomnio, irritabilidad, etc..

El síntoma más característico de la depresión navideña es el de la Nostalgía.  La Navidad es época para ser feliz, para querernos más y para disfrutar, sin embargo, son muchas la personas a las que no les gustan estas fechas porqué echan de menos a personas queridas o porqué es un tiempo de recogimiento en el que rememoramos muchos momentos pasados.

Este estado de ánimo cumple todas las características de una depresión común, la persona se encuentra triste y melancólica durante las fiestas navideñas, tiene una visión negativa de lo que le rodea y cualquier actividad le resulta complicada de llevar a cabo. Esto choca bastante con el espíritu que rodea a estas fiestas y por supuesto la persona estará completamente fuera de lugar.

¿Porqué algunas personas se deprimen en Navidad?

Existen varias razones por las que la Navidad es una época no sólo poco deseada para algunos, sino también algo temida y evitada:

  • La mayoría de las veces esto ocurre porque irrumpen en nuestra mente recuerdos de Navidades anteriores que fueron muy dolorosas para nosotros: una enfermedad, la pérdida de algún ser querido, un problema familiar…
  • La Navidad es una época en la que inevitablemente recordamos con más intensidad a nuestros seres queridos que en su momento estuvieron con nosotros y ahora no están, su ausencia se nota más, y como resultado el vacío que se siente es mayor.
  • Las personas que se encuentran lejos de casa, viviendo o trabajando en otras ciudades y que no tienen la posibilidad de volver a casa en estas fechas pueden desarrollar este trastorno, sobre todo porque pensarán en lo solos o lejos que están y no disfrutaran de lo que les brinda su nueva ciudad para pasar las fiestas. Igualmente es una forma negativa de vivir una realidad, eligen pensar en negativo cuando podían hacerlo en positivo.
  • La idea de felicidad, lujo y fantasía que aparece en los medios de comunicación no tiene nada que ver con la realidad que viven muchas familias con problemas, ya sean económicos, personales, laborales, de pareja… Debemos tener en cuenta que nuestra realidad es muy distinta, aunque no por ello peor. Cada uno tendremos que adaptarnos a nuestras posibilidades y disfrutar de la Navidad de la mejor manera posible. El lujo es para los que pueden permitírselo.
  • Las personas que pasan por una mala racha sentimental, serán más proclives a pasarlo mal. Su responsabilidad está en conseguir los recursos necesarios para controlarse. Saben cuales son sus puntos débiles y tendrán que reforzarlos antes de que lleguen esos días y se encuentren peor.
  • Todos esperamos y tenemos la expectativa de que en Navidad todo el mundo es feliz, y creemos que nosotros, a pesar de todo, también lo seremos. Pero, cuando llega el momento nos damos cuenta de que todo sigue igual, los problemas continúan, las preocupaciones no desaparecen, y parece que lo único que cambia es la decoración, la comida, la ropa…

¿Cómo evitar la depresión navideña?

  • Expectativas. No esperes la Navidad como la época en la que vas a ser feliz pase lo pase. Recíbela sin esperar grandes acontecimientos, sino como una fiesta más.
  • Evita el estrés. Evita el agotamiento mental que producen las compras, la comida, los regalos, las visitas… Trata de vivirlo tranquilamente y sin agobios.
  • Revisa tu interior y reconocer nuestro estado de ánimo. Echar un vistazo a nuestro interior nos ayudará, por un lado a descubrir la causa o factores que influyen para sentirnos tristes y aquello que ya es sólo pasado y que por lo tanto es hora de dejar atrás, y por otro, a conocer las conductas que nos limitan y que nos impiden cambiar el rumbo de nuestra vida. Para ello, debemos evitar que los pensamientos derrotistas y negativos aparezcan y sustituirlos por sentimientos de carácter positivo.
  • Enfrentarnos a lo que nos preocupa. Es muy importante que nos enfrentemos, minimizar los problemas, ser realista y procurar adquirir cierta perspectiva de los acontecimientos. Para ello es muy útil tomarse las cosas con calma, relativizar los problemas y aprender a disfrutar de los pequeños momentos de los que está hecha la vida.
  • Superar la pérdida de un ser querido. Cuando perdemos a un ser querido, pasas por una fase de duelo que puede ser especialmente desolador y prolongado pero, poco a poco, el dolor va mitigando y al final, nos quedará su recuerdo. En épocas de navidad este sentimiento se puede agudecer por lo que es importante superar la pérdida de un ser querido y procesar el duelo correctamente.
  • Evitar caer la compra compulsiva navideña para buscar la felicidad, ya que no solo no te hará más feliz sino que ahondará más tus problemas.
  • Vive el día a día. Intenta disfrutar del día a día y no te obsesiones con ser feliz. Intenta que nada te absorba o preocupe tanto que te haga perder el equilibrio interior. Sé agradecida/o. Procura ser agradecido con lo que te ofrece la vida. La mayoría de las veces valoramos más lo que no poseemos que aquello que hemos logrado tener.
  • Ser más asertivo y aprender a decir no a los planes que no nos gustan o apetecen, es importante alejarnos de las obligaciones sociales que nos crean malestar o nos hacen sentir incómodos.

Os deseo que paséis unas fiestas lo más agradables posibles, cada uno de la forma que desea…

Hasta el próximo día!!!

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