Vamos a pensar por un momento la importancia que las emociones tienen en nuestra vida cotidiana y rápidamente nos daremos cuenta de que la mayoría de las veces marcan todas nuestras decisiones casi sin darnos cuenta. ¿Compraste tu coche haciendo cálculos matemáticos o era el que te gustaba? ¿Elegiste a tu pareja porque objetivamente era la mejor opción? ¿Elegiste tu trabajo únicamente porque te ofrecían el mejor sueldo? La mayoría de nuestras decisiones están influidas, si no dominadas, por las emociones.
La inteligencia emocional es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y controlarlos de la forma más saludable posible. En definitiva, es sentir, entender, controlar y modificar estados anímicos propios y ajenos.
La inteligencia intrapersonal y la interpersonal están directamente relacionadas con la inteligencia emocional. La habilidad de socializarnos y de establecer relaciones con otras personas, conocernos a nosotros mismos, a nuestras emociones y sentimientos nos hace emocionalmente inteligentes. De la misma manera, estar preparados al cambio y no mostrar resistencia a estos, adaptarnos al entorno y a las situaciones son también habilidades que caracterizan a las personas emocionalmente inteligentes.
Componentes de la Inteligencia emocional
Según Daniel Goleman, padre de la inteligencia emocional, los principales componentes de la inteligencia emocional son:
- Autoconocimiento emocional (o conciencia de uno mismo): Se refiere al conocimiento de nuestras propias emociones y cómo nos afectan. Es muy importante conocer la forma en la que nuestro estado de ánimo influye en nuestro comportamiento, cuáles son nuestras virtudes y nuestros puntos débiles. Nos sorprenderíamos al saber lo poco que sabemos de nosotros mismos.
- Autocontrol emocional (o autorregulación): El autocontrol nos permite no dejarnos llevar por los sentimientos del momento.
- Automotivación: Dirigir las emociones hacía un objetivo nos permite mantener la motivación y fijar nuestra atención en las metas en lugar de en los obstáculos En esto es necesaria cierta dosis de optimismo e iniciativa, de forma que seamos emprendedores y actuemos de forma positiva ante los contratiempos.
- Reconocimiento de emociones ajenas (o empatía) : Las relaciones sociales se basan muchas veces en saber interpretar las señales que los demás emiten y que a menudo no son verbales. El reconocer las emociones ajenas, aquello que los demás sienten y que se pueden expresar mediante su expresión de la cara, por sus gestos, por su manera de contestar, nos puede ayudar a establecer lazos mas reales y duraderos con las personas de nuestro entorno. Además, reconocer las emociones ajenas es el primer paso para entenderlas e identificarnos con ellas.
- Relaciones interpersonales (o habilidades sociales): Cualquiera puede darse cuenta de que una buena relación con los demás es una de las cosas más importantes en nuestras vidas y en nuestro trabajo. Ya que, no solo tratamos con los que nos resultan agradables, simpáticos, con nuestros amigos o nuestra familia, sino también nos relacionamos con personas que no son de nuestro entorno y con ellos también tenemos que relacionarnos de manera exitosa.
Como veis, controlar las emociones es una habilidad muy importante que todos debemos desarrollar. Por ejemplo, no dejar que los problemas de casa influyan en nuestra vida laboral y que los problemas laborales no influyan en nuestra vida personal es difícil, pero no imposible. Cuando hayamos logrado esto, y además también hayamos conseguido tolerar las presiones y frustraciones de nuestro entorno y adoptemos una actitud empática y social que nos brinde mayores posibilidades de desarrollo personal, podremos decir que somos emocionalmente inteligentes.
«Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno. Con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo»
Aristóteles, Ética a Nicómaco.
En unos días hablaremos de la importancia de la inteligencia emocional en los niños y os hablaremos de un proyecto que tenemos en mente.
¿Quieres mejorar tu inteligencia emocional?
La semana pasada acudí a una charla muy interesante del creador de la ‘app’ Edgar Bresó que mide la inteligencia emocional ‘ y que ha sido creada made in Spain en la Universidad Jaume I de Castellón.
Sus creadores han desarrollado una aplicación para dispositivos móviles y smartphones que permite evaluar de manera sencilla y gratuita las habilidades que poseemos para percibir, comprender y manejar nuestras emociones y las de los demás. Más de 6.000 personas de cerca de un centenar de países se han descargado ya el test MEIT (The Mobile Intelligence Test Emocional) que nos ofrecen importantes beneficios frente a los test de inteligencia emocional en papel utilizados hasta ahora, como la facilidad para adaptarlo a las necesidades específicas de una empresa u organización, y las posibilidades que ofrece el hecho de realizarse sobre un soporte tecnológico que permite, por ejemplo, medir el tiempo de respuesta y de reacción a cada una de las preguntas o ver cómo pasa la persona de un estado neutro a un estado de ánimo específico a través de imágenes interactivas.
¿En qué consiste la app de inteligencia emocional?
El MEIT es un test que no se limita a un cuestionario, sino que consiste en una prueba de habilidad interactiva que permite evaluar tres aspectos: la habilidad para percibir las emociones, la compresión de las mismas y la capacidad para gestionarlas. Edgar Bresó, profesor de Psicología Social de la UJI y uno de los creadores de Emotional Apps, explica que ya está en funcionamiento la primera parte del test que está permitiendo obtener numerosos datos para “entre otros aspectos, ir elaborando por ejemplo un mapa mundial que recoge las puntuaciones medias de capa país. En estos momentos los que obtienen mejor puntuación son Rumanía, Dinamarca, Sudáfrica y Vietnam, pero son cifras que van variando”.
MEIT está compuesto por 4 tareas en las que los usuarios deben
- Seleccionar las emociones que muestran distintas imágenes.
- Ubicar algunas emociones en una gráfica dependiendo de la activación.
- Y el placer que éstas emociones producen.
- finalmente diferenciar entre emociones que son muy parecidas.
Para ello MEIT combina imágenes estáticas y en movimiento que permiten un mayor realismo.
Una vez has completado tu test, obtienes una puntuación y una clasificación que te permite autoevaluar tu inteligencia emocional, así como compararte con otros usuarios.
Crear una red social emocional
Además de ello los desarrolladores plantean diseñar una red social que permita compartir emociones y geolocalizarlas por medio de fotos. “La idea es que los usuarios puedan subir una foto y etiquetarla con las emociones que le genere, sorpresa, tristeza, envidia…, sería como un Instagram de las emociones”, precisa Bresó con sus explicaciones. “Este proyecto puede tener también aplicaciones para futuros estudios, por ejemplo, en el campo del marketing para ver con qué imágenes y colores relaciona la gente determinadas emociones”.
¿Qué os parece esta aplicación? ¿Os parece útil? A mi me encantó su presentación, yo ya la tengo en el móvil.