¿Cómo afectan los cambios de estación a nuestra salud mental?
Los cambios de estación pueden provocar alteraciones en nuestro sistema nervioso generando una mayor vulnerabilidad a estar deprimidos y negativos.
Nuestra genética, nuestro estado de salud general y el presentar alguna enfermedad, son factores que influyen en como nos afecta el cambio de estación y los cambios de temperatura y de clima que acompañan.
Evolutivamente, en el sistema inmunológico sus defensas responden ante los cambios con un mayor empeño del sistema hormonal, pero cuando se produce una variación brusca en la temperatura, la presión o humedad, el organismo acusa estos excesos, lo que dispara el riesgo de accidentes cardiovasculares y cerebrales, crisis asmáticas, melanomas, alergias, cólicos renales y trastornos del estado de ánimo, entre otros.
¿Qué es el confort térmico?
El confort térmica es la condición mental que expresa satisfacción con el ambiente térmico y se evalua mediante la evaluación subjetiva ( ANSI / ASHRAE Standard 55 ). Las personas buscamos el “confort climático o confort térmico”, es decir, estar satisfechos con el ambiente térmico en relación a ciertos parámetros de temperatura (20-25ºC), humedad (40-70%), presión (1.013,2 mb) y velocidad del aire (0,15-0,25 m/s).
¿Qué sucede cuando este confort se ve alterado?
Está comprobado que determinados cambios bruscos de temperatura, presión atmosférica y humedad ambiental, cuanto mayor sean, más cambio y alteraciones provocan en el sistema nervioso y vascular de las personas.
Parece ser que el verano es una estación que suele ir acompañada de una gran movilización emocional. Por regla general se caracteriza por un estado de ánimo alegre, vital, en el que, se encuentran exaltados los sentidos, solemos estar más receptivos y abiertos emocionalmente. Aparenta ser una época de alegría y jovialidad pero hay personas que experimental lo contrario y el verano les provoca fatiga, malestar y apatía por el aumento de humedad y temperatura. Sea como sea, es provisional, estos cambios que estás experimentando son transitorios y se prolongarán hasta que tu cuerpo se aclimate y vuelva a regularse ante la nueva situación climática.
Poco a poco, se regulará tu cuerpo y tu mente, algunas personas somos más vulnerables que otras a estos cambios. Si tú eres una de ellas, ten paciencia y espera, si ves que pasa el tiempo y no te encuentras más estable puede que te pase algo más y sería un buen momento para plantearlo a un profesional.
Definición transtornos afectivos estacionales
Más conocido por sus siglas anglosajonas SAD (Seasonal Affective Disorder) el trastorno afectivo estacional (TAE) hace referencia a los fuertes cambios de humor que experimentan algunas personas durante el cambio de estación.
Trastornos psicológicos que mejoran durante el verano
Ha llegado el verano, el buen tiempo y la luz benefician a algunas personas que padecen algunos trastornos mentales mientras que otras empeoran en esta estación. Las personas deprimidas, con trastornos afectivos e incluso a algunos esquizofrénicos les beneficia el verano, mientras que, los cuadros maníacos y los trastornos relacionados con la imagen corporal empeoran.
Tradicionalmente la medicina ha considerado los factores climatológicos como elementos de influencia en la salud humana y no sólo en la salud física, sino también en la mental. Sin embargo, no es hasta la década de los 80 cuando se investiga cómo los agentes climáticos afectan a la coherencia mental del hombre. Entonces se constata desde un punto de vista epidemiológico que algunos cuadros clínicos tienen mejor o peor pronóstico en función del tiempo que haga y, sobre todo, en función de las horas de luz y la intensidad de la misma.
En el caso de los denominados trastornos afectivos estacionales (*), estos cuadros de tipo depresivo mejoran con el buen tiempo y, además de evolucionar bien con los antidepresivos, se les recomienda expresamente la exposición a la luz, no sólo natural. Estos pacientes mejoran con el buen tiempo del verano. Y es que la luz estimula la melatonina y la serotonina capaces de influir directamente en el cerebro.
El hecho de que las horas de luz promuevan una vida social más activa, reuniones familiares y sociales y lleve a planes muy buenos, influye positivamente en quienes sufren problemas de depresión y, se aprecia en muchos pacientes deprimidos una mejoría de cara al verano. No obstante, la calidez del clima no siempre trae beneficios.
Trastornos psicológicos que empeoran durante el verano
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Cuadros maníacos
El psiquiatra destaca que el buen tiempo ejerce un efecto negativo en otras enfermedades mentales como los cuadros maníacos. La sobreexcitación que genera en ellos la irrupción del buen tiempo está directamente relacionada con el empeoramiento de los pacientes.
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Trastorno bipolar
En los episodios maníacos son más propios de los meses de primavera-verano, mientras que los cuadros depresivos son más comunes en la época de otoño-invierno. Entre el final del verano y el principio de otoño predominan los episodios mixtos.
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Imagen corporal
Otros trastornos que empeoran en esta estación son los relacionados con la imagen corporal. En esta época, hombres y mujeres en ocasiones, sin saberlo, se alistan a las filas de la obsesión con la llegada del verano. Todos comparten el mismo secreto: la preocupación excesiva y enfermiza por la imagen. Renegar de la propia nariz, de las orejas, del volumen del cuerpo, en definitiva, de cualquier parte del físico, ya es una epidemia en los países desarrollados.
En las últimas décadas, ser físicamente perfecto se ha convertido en uno de los objetivos principales de los ciudadanos de las sociedades desarrolladas, una meta impuesta por nuevos modelos de vida en los que el aspecto parece ser el único sinónimo válido de éxito, felicidad e, incluso, salud.
La relevancia última de esta excesiva preocupación por el cuerpo reside en el surgimiento de nuevas patologías mentales, como la anorexia, la bulimia y la recién etiquetada vigorexia o culto al músculo. Sus víctimas, al igual que las de otras enfermedades más antiguas, como la dismorfia corporal, en la que los afectados se ven, por ejemplo, la nariz muy grande aunque sea incierto y cuya relación con la moda aún no ha sido establecida, viven en común la tortura de no gustarse a sí mismas. Cada una de estas patologías es un trastorno mental diferente, pero sus afectados siguen un mismo patrón de comportamiento: todos acaban convirtiéndose en personas obsesionadas con una parte de su físico y esto se agudiza significativamente con la llegada del verano.
Y a ti, ¿cómo te afecta el verano emocionalmente? Esperamos vuestros comentarios.
Hasta la próxima semana!!!