Empezaría afirmando aquello de que la mente y el cuerpo están relacionados o, mejor dicho, se encuentran conectados. Si no… paremos y pensemos que es lo que ocurre cuando estamos tristes, enfadados, nerviosos o por lo contrario alegres… como esto influye en nuestro cuerpo… cómo podemos ver, en alguna ocasión sacamos a la vista alguna lagrima y, ciertas partes del cuerpo comienzan a acelerarse, la respiración aumenta, el corazón bombea más rápido, los músculos se tensan, notamos un leve sudor…, es decir, esto podría ser la prueba de que las emociones tienen influencia en nuestros procesos fisiológicos.
¿Qué es un trastorno psicosomático?
Así pues, el trastorno psicosomático seria esa sintomatología física (CUERPO) debido a motivos psicológicos (MENTE). Es decir, como los factores psicológicos pueden afectar en cierta medida al inicio o agravamiento de una determinada situación o sensación física.
Ejemplos de trastornos psicosomáticos
A continuación, podemos observar algunos ejemplos de cómo el cuerpo se ve afectado debido a una determinada alteración psicológica; el colon irritable, este aparece con bastante frecuencia en episodios de ansiedad y estrés, insomnio, los cuales se originan por la tensión (ansiedad) o dificultad para relajarse. Los mareos, propios del miedo a perder el control. O otros muchos como dermatitis seborreica, psoriasis, hipertensión… aparecen en ocasiones por estrés. Otros ejemplos de trastornos psicosomáticos son dolores de cabeza, dolores de estómago, trastornos cardíacos, hipertensión, asma bronquial, alergias, colitis ulcerosa, tics, temblores, lumbalgias, entre otros.
¿Cuáles son los dolores psicosomáticos más comunes?
Por lo que afirmamos que existe gran implicación de los factores psicológicos, destacando especialmente fuertes cargas psicológicas como traumas, angustia, ansiedad, estrés, depresión, incluso fobias. Estas, influyen en la aparición de ciertos problemas cardiovasculares, respiratorios, gastrointestinales, musculares, dermatológicos, sexuales, endocrinos e inmunológicos.
¿Es lo mismo una enfermedad psicosomática que un trastorno psicosomático?
Una enfermedad psicosomática es una afección física que tiene una causa emocional o psicológica, es decir, es una enfermedad física cuyos síntomas son causados o agravados por problemas mentales o emocionales. Los ejemplos incluyen el asma, la hipertensión, la úlcera péptica, entre otros.
Por otro lado, un trastorno psicosomático es un trastorno mental que se caracteriza por la presencia de síntomas físicos que no tienen una causa física conocida. Los síntomas físicos son causados o agravados por problemas mentales o emocionales y son parte de un trastorno mental subyacente. Ejemplos de trastornos psicosomáticos incluyen el trastorno somatoforme, el trastorno disociativo y el trastorno de conversión.
En resumen, una enfermedad psicosomática es una afección física con una causa emocional o psicológica, mientras que un trastorno psicosomático es un trastorno mental que se caracteriza por la presencia de síntomas físicos relacionados con problemas mentales o emocionales.
¿Cómo saber si tengo problemas psicosomáticos? Síntomas psicosomáticos
Como hemos dicho anteriormente cuerpo y mente están muy conectados y los síntomas pueden variar dependiendo mucho del tipo de persona o del entorno. No obstante, los síntomas psicosomáticos más comunes que comparten la mayoría de los pacientes serian:
- dolores de espalda y cabeza
- mareos
- molestias digestivas como gases
- dificultad respiratoria (disnea)
- molestias en articulaciones,
- fatiga,
- excesivo cansancio/debilidad y taquicardia.
Teniendo en cuenta que algunas de estas son molestias que sufrimos habitualmente por causas naturales y otras se deben a enfermedades, pero lo que si comparten estas molestias es que una parte de ellas se deben a un componente psicológico, como, por ejemplo: si me encuentro nerviosa porque estoy preparándome una oposición, esta situación puede provocarme dolores de estómago…
¿Qué tipo de pacientes pueden llegar a desarrollar dolor psicosomático?
Ante qué tipo de pacientes pueden o tienen más probabilidad de desarrollar un dolor psicosomático puede variar… podemos encontrar entre estos:
- Aquellos pacientes que presentan al mismo tiempo dos alteraciones, una mental y otra física, aunque estas no estén relacionadas ni una influya directamente sobre la otra. Pero tan solo la presencia de ambas complica el tratamiento.
- Otros que presentan alguna alteración física durante un largo tiempo, como por ejemplo si es diagnosticado de alguna enfermedad con un mal pronóstico, lo cual es fácil que la situación cause ansiedad o depresión.
- Personas que están sumergidas de alguna manera a sentimientos de culpa o sensación de tener situaciones no resueltas. Hasta aquellos que presentan algún trauma o hipocondría. Y, por lo general, pacientes que son más vulnerables a experimentar emociones negativas, situación que les envuelve en una continua tristeza.
¿Cuánto tiempo dura la somatización?
Ante esto no existe una respuesta cierta, es igual que a la pregunta que realizan muchos pacientes cuando vienen a consulta ¿Cuántas sesiones son? ¿Cuándo me voy a encontrar mejor? si diéramos una respuesta… seguramente estaríamos engañando a la otra persona, ya que, no se ha demostrado en cuantas sesiones una persona puede encontrarse mejor o sentirse más estable, intervienen tantos factores que sería muy complicado dar con un número exacto.
Ante la respuesta a ¿Cuánto tiempo dura la somatización? Es un poco lo mismo… a ciencia cierta no se sabe. Lo único que podemos asegurar es que la somatización es causa de la expresión de las alteraciones emocionales por medio de síntomas físicos, por lo que, si se consigue una buena adherencia al tratamiento psicológico proporcionado, la duración disminuirá puesto que la persona se va encontrando mejor por las herramientas ofrecidas por el terapeuta lo que esto conlleva una reducción de los síntomas físicos que la situación provoca.
¿Cómo se curan los trastornos psicosomáticos?
La manera para curar los trastornos psicosomáticos es ponerse en manos de profesionales como psicólogos y psiquiatras, los cuales implanten un seguimiento para acompañar a la persona en el control de la situación.
¿Cómo puedo dejar de pensar que estoy enfermo?
“Dejar de pensar”, es muy complicado. Es como decirle a tu corazón que deje de latir. Debemos comprender que las personas tenemos pensamientos aun cuando estamos realizando alguna actividad y estamos completamente concentrados. Por lo que sería casi imposible “Dejar de pensar”. Yo más bien diría “Ver objetivamente tu realidad”, y con esto, no nos equivoquemos, no es pensar bonito… es pensar la realidad de la situación, y por decirlo de alguna manera: Desmontar el puzle ya montado. Y esto, ante cualquier pensamiento. Si quiero dejar de pensar en algo… será porque ese algo no me está haciendo sentir todo lo bien que quiero, por lo que cualquier pensamiento que me provoque en cierta medida alguna alteración emocional negativa que cause la situación mencionada durante este artículo, PARA Y DESMONTA EL PUZLE.
Comienza con la primera pieza que sería la objetividad de ese pensamiento, ¿Qué pruebas tengo de que mi pensamiento es cierto? ¿Son realmente pruebas?, hazte tantas preguntas como creas necesarias. Sigue con la siguiente pieza; intensidad de la emoción ¿Cómo me hace sentir pensar así? Continuemos desmontando el puzle, utilidad de los pensamientos ¿De qué me sirve pensar de esta manera? Y, por último, última pieza, la forma de expresar los pensamientos ¿Qué palabras estoy utilizando? ¿Cuál es su significado real?
Cuando se consiga desmontar todo el puzle, entonces ahí pregúntate: ¿Lo montaría igual? O ¿Cambiaria alguna pieza? Y si consigues modificarlo, recuerda que el puzle anterior era tan solo una distracción que nos impide vivir nuestra realidad del momento.
¿Cómo ayudar a una persona psicosomática?
Para poder ayudar, primero debemos conocer o identificar aquella situación que ha provocado la alteración. Y es aquí cuando se comienza a fortalecer al paciente de reforzadores para en primer lugar resulte más sencillo el tratamiento, y también para que no sea algo temporal si no que le acompañe durante su vida.
De esta manera, se entrenaría a la persona a afrontar diferentes situaciones, con la ayuda y presencia de herramientas como; mindfulness, relajación, trabajar el asertividad, autoestima, habilidades sociales, resolución de problemas y procedimientos de restructuración cognitiva (Desmontar pensamientos).
Relación de la gestión emocional y los trastornos psicosomáticos.
Como hemos visto existe una estrecha relación entre cuerpo y mente, que una influye sobre la otra y es importante el estado mental (MENTE) en el que nos encontramos, ya que este decide en muchas ocasiones la evolución de cualquier situación física (CUERPO).
Veamos por ejemplo… aquello que hoy en día se habla tanto y que por desgracia se encuentra tan presente, y es la enfermedad del cáncer o la frecuencia en la que se producen infartos, esta dicho que aparte del tratamiento médico, la gestión emocional de estas personas puede condicionar la evolución de la enfermedad. Si tan importante es para la recuperación y evolución de estas enfermedades, pensamos la importancia que tiene una buena gestión emocional en trastornos emocionales que provocan o causan síntomas físicos.
¿Qué es la terapia psicosomática?
La terapia psicosomática se centra en la importancia de trabajar, identificar y entender los síntomas, dada la gran influencia que presentan en nuestra salud mental, física y emocional.