Es muy habitual que los niños aunque en general tengan un buen comportamiento de vez en cuando tengan comportamientos desafiantes y comporten mal especialmente con los adultos. No obstante, si este patrón es frecuente y la tónica habitual es posible que tu hijo sufra del trastorno negativista desafiante.
Qué es el Trastorno Negativista Desafiante (TND)
El Trastorno Oposicionista Desafiante (TOD) también denominado Trastorno Oposicionista Desafiante (TOD), se caracteriza por un patrón de conducta, como su propio nombre indica, negativista y desafiante, hostil y desobediente dirigido especialmente a las figuras de autoridad.
Encontramos que es uno de los trastornos con mayor comorbilidad en niños y adolescentes con trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) , es decir, que ocurren en la misma persona o bien al mismo tiempo o bien un trastorno después del otro. La comorbilidad implica también interacción entre los trastornos, pudiendo generar una mala evolución en ambos.
Comportamientos característicos de los niños o adolescentes con trastorno negativistas desafiantes
Según el DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) en el trastorno oposicionista desafiante o negativista desafiante estarán presentes cuatro o más de las siguientes características de comportamiento en el menor:
- Pierde los estribos con mucha facilidad y frecuentemente: Se encoleriza e interrumpe en pataletas
- Discute con adultos con frecuencia
- Desafía activamente a los adultos o con las personas con autoridad: rehúsa cumplir sus órdenes o demandas
- Molesta deliberadamente a otras personas
- Acusa a otros de sus errores o mal comportamiento
- Es susceptible o fácilmente molestado por otros
- Colérico, resentido
- Suele ser rencoroso y vengativo
El vínculo familiar como causa del Trastorno Negativista Desafiante (TND)
En muchos casos de TND en niños y adolescentes hay un problema de vinculo familiar de trasfondo, es decir en casos donde el cuidado de los niños está alterado por el cambio de las personas encargadas de sui cuidado o en familias con problemas donde se el trato con el menor o el adolescente suele ser inconstante o negligente, donde el vínculo puede verse gravemente dañado.
Un gran mantenedor de este trastorno, tiene que ver con las relaciones desadaptadas con los padres y la incoherencia en las consecuencias del mal comportamiento, por ejemplo el castigo intermitente por una misma razón, es decir, hoy te castigo por un comportamiento pero mañana si se repite, no.
En muchas ocasiones, vemos que en las familias con niños Negativistas Desafiantes, se suele actuar ante los sucesos negativos o conductas no deseadas del niño, pasando desapercibido las conductas adecuadas o positivas.
Clasificación trastorno negativista desafiante dependiendo de la gravedad:
El trastorno negativista desafiante se puede clasificar dependiendo de la gravedad del caso:
- Leve: Los síntomas se presentan en un solo entorno, por ejemplo, solo en el hogar, en la escuela, en el trabajo o con los pares. Los síntomas del trastorno se presentan normalmente en un ambiente en particular, por ejemplo sólo se comporta de ese modo en casa o cuando está en la escuela.
- Moderado: En este caso los síntomas o algunos de ellos se presentan en varios ambientes
- Grave: En los casos más graves los síntomas se presentan en todos los lugares, ambientes y situaciones donde interactúa el niño
Como corregir el trastorno negativista desafiante
Antes de comenzar con la intervención conductual, habrá que discernir si la conducta del menor, se debería considerar patológica o bien entra dentro de la normalidad; para ello habrá que tener en cuenta los parámetros de frecuencia, intensidad y persistencia.
No todos los niños con mala conducta son niños negativistas desafiantes.
Los tratamientos para estos niños y adolescentes, se basan, concretamente en entrenamiento de padres y entrenamiento en habilidades cognitivas. Uno de los tratamientos más seguidos en España para estos casos, es el programa “Niños Desafiantes” adaptado por Barkley, que consta de 8 pasos. Los primeros 4 se enfocan en el cambio de conducta y relación de los padres con respecto a su hijo. Los 4 pasos restantes se enfocan en promover el cambio de conducta en el niño.
En este tipo de problemáticas, es de suma importancia enseñar a los padres que las consecuencias tienen que ser contingentes, tanto los premios como los castigos, así como específicos y concretos. También se pone énfasis en la importancia de que el castigo, debe ser proporcionado a la conducta realizada y no al estado emocional de los padres.
Además, se pueden usar diferentes técnicas cognitivo conductuales para complementar el tratamiento, como la reestructuración cognitiva ya que suelen pensar que el mundo va en contra de ellos, la resolución de problemas para enseñarles cómo definir los problemas, tomar decisiones… y, por último, el uso de autoinstrucciones.
¿Conocías este trastorno?
¡¡Os esperamos la próxima semana!!