¿Tienes una buena o mala relación con la comida? ¿Pero eso es posible? Claro que sí…la realidad es que tenemos relaciones con todo aquello que forma parte de nuestro día a día. Dicho esto puedes tener una buena o mala relación con el deporte, con ir al médico o con cualquier otra conducta que tengas que hacer.
Esto nos indica, que no solo podemos tener relaciones tóxicas con amigos, parejas, relación tóxica con nuestra madre o padre o personas cercanas, sino que puedes generar relaciones tóxicas con la comida y otros aspectos como el trabajo, el sexo, etc…
Sobre como es nuestra relación con la comida vamos a hablar hoy. Por un lado porque, es muy importante tener una buena relación con la comida, porque es nuestro sustento para vivir, sin comida no hay nutrientes, no hay vida. Y por otro lado, porque es algo que tenemos que hacer cada día y varias veces, ocupa mucho en nuestro día a día, lo que hace que si no hay una buena relación sea un tema que ocupa todos tus pensamientos llegando a generar altos niveles de frustración y malestar.
¿Cuáles son las señales de que tengo una mala relación con la comida?
Tener una relación tóxica con la comida no se refiere a la calidad de los alimentos que ingieres. Tener una buena relación con la comida tiene que ver con el cómo te sientes y en porqué eliges o no ciertos alimentos.
Aquí tienes varios signos de qué presentas una relación mejorable con la comida:
- Dedico mucho de mi tiempo en pensar en comida. No lo haces porqué tengas hambre todo el tiempo, sino por qué te sientes muy insegura/a sobre qué comer y sobre cómo te sentirás después.
- Prefiero comer solo/a. Sientes vergüenza y miedo de que los demás vean las porciones que comes, lo lento o rápido que comes, qué decides comer…tienes miedo de que te hagan un comentario en el que te juzguen.
- Después de comer sueles sentir culpa prácticamente sin importar lo que hayas comido. Si comes un postre o cenas pizza te sientes fatal durante el resto del día o incluso puede durarte el malestar varios días. Para calmar la decepción que sientes contigo mismo/a de haber comido algo «inadecuado», necesitas hacer ejercicio para no «engordar».
- Da igual que sea un evento especial y puntual, sueles prescindir de todas aquellas comidas que no consideras beneficiosas para ti. No te permites ni un sólo bocado de algo que consideras muy calórico, a pesar, de lo que puedes disfrutar «saltándote» un día tus normas.
- Evitas las reuniones sociales y salir con tus amigos por qué te da miedo perder el control de lo que comes y temes la ansiedad que luego va a generarte. Sueles pensar que salir a comer fuera es inadecuado, pero lo realidad es que hay muchas opciones de seguir comiendo saludable fuera de casa y así disfrutar con tus amigos.
- Aunque tengas hambre y comida en la nevera, no haces caso a las señales de tu cuerpo. Aunque no lo creas, nuestro cuerpo necesita grasas y azúcares para funcionar correctamente. Cuidar la calidad y la cantidad es la clave.
- Sueles tener muy presentes las calorías y el tipo de alimento que ingieres. Tienes aplicaciones en el móvil que te indican las calorías de los alimentos y/o otras apps relacionadas con la comida.
- Tu peso tiende a subir y bajar de forma significativa con cierta frecuencia. O estas a dieta severa o vale todo, no tienes una estabilidad en tu alimentación donde comas la mayor parte del tiempo saludable pero en la que, de vez en cuando, puedas salir a comer fuera esa hamburguesa que te apetece.
¿Cómo consigo una buena relación con la comida?
Conseguir tener una buena relación con la comida es algo que puedes comenzar a entrenar hoy mismo. Eso sí, para que no se quede en el énfasis inicial y luego te desmotives, tienes que esforzarte y tener mucha paciencia.
Las personas comemos para mucho más que tener energía y nutrientes. Comer es una manera de compartir momentos con personas queridas, te genera placer y te lleva a pasarlo bien con los demás.
Estas son algunas señales que te ayudarán a identificar en qué aspectos tienes una buena relación con la comida:
- Escucho a mi cuerpo cuando realmente tiene hambre. Cómo ya vimos en nuestro artículo sobre los tipos de hambre, el hambre emocional y el hambre real los manda nuestro cuerpo porque tiene necesidades fisiológicas que cubrir.
- Para saciar el hambre no te prohíbes ningún alimento sólo si tienes una condición de salud que lo impida. Por ejemplo, llegas a casa de trabajar a las 20h, tienes hambre pero queda una hora y pico para la cena, lo ideal es que la mayoría de días que esto ocurra cojas esas zanahorias cortaditas de tu nevera y el humus pero, si un día hay unas papas, no pasa nada por comerlas. Por todos es sabido que la dieta mediterránea tiene grandes beneficios en nuestra salud física y mental pero, salirse de vez en cuando no tiene que ser un problema.
- Sientes que tienes el control sobre lo que comes y que puedes detenerte cuando quieras sin sentir, un impulso incontrolable de devorarlo todo.
- Sueles prestar más atención al contenido nutritivo de los alimentos que a las calorías. Te gusta informarte del valor nutricional de los alimentos, ya que, muchas veces los etiquetados son engañosos y nos llevan a creer que estamos comiendo alimentos muy buenos nutricionalmente que no lo son.
- Las opiniones de los demás no te condicionan sobre lo que quieres o vas a comer. Aunque personas de tu entorno te quieran hacer ver que esa comida no es saludable y te relaten todos los motivos por los que no deberías cenar eso o en ese restaurante, tu haces lo que te apetece, un día es un día.
- Aunque cuidar tu salud es muy importante para ti e intentas comer lo más saludable posible no tienes ningún alimento prohibido. Todo se puede comer de vez en cuando y en su justa medida.
- Si estas en un evento especial o en alguna fiesta, te permites comer lo que te apetezca y lo disfrutas al máximo.
¿Cómo saber si tienes una mala relación con la comida?
Test psicológico para saber si tengo una buena relación con la comida
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