Hoy día de reyes, en la mayoría de los hogares estamos recibiendo regalos. Los niños, en concreto están recibiendo tal cantidad de juguetes que están perdiendo el valor de apreciar y valorar lo que tienen, ¿os habéis dado cuenta?
Aunque somos la especie más evolucionada, la raza humana somos la raza más infeliz. ¿Nuestra inteligencia es un regalo o un castigo? Parece que los humanos somos infelices, tenemos más ansiedades y miedos y somos inconformistas por naturaleza.
Valorar lo que tenemos parece que no es tarea fácil en un mundo donde siempre tenemos que buscar y tener más y mejor. La mayoría de las personas estamos enfocadas en todo lo que no tenemos: cosas materiales, relaciones interpersonales, detalles de tu físico (pelo, nariz, pecho)…
¿Vives en la espiral del inconformismo crónico?
¿Siempre estás pensando que si tuvieras X serías más feliz? ¿Te has dado cuenta de qué la mayoría de veces consigues un objetivo y luego tampoco eres tan feliz como pensabas? Si la respuesta a estas afirmaciones es Sí, eres un inconformista crónico, y esto significa que con esa rigidez nunca vas a ser feliz porque siempre podría ser mejor o siempre podrías tener más.
En muchas ocasiones, entramos en un círculo vicioso, una espiral infinita, una serpiente que se muerde la cola y nos envenenamos una y otra vez. Estos errores vuelven a repetirse una y otra vez porque no nos paramos a pensar en que puede que haya otra manera de ver las cosas o pensar qué igual no necesito todas esas cosas que me digo que son necesarias. Puede que aquella puerta que creímos ver cerrada, en realidad siempre estuvo entre abierta. Esas pequeñas cosas de la vida que te hacen sonreír sin ningún motivo aparente, son a las que deberíamos aferrarnos y no a otras necesidades que creemos imprescindibles que realmente son accesorias.
¿Quieres encontrar realmente el sentido de la vida?
¿Estás prestando realmente atención a las cosas importantes de tu vida? ¿Valoras cada comodidad, persona o situación que tienes a tu alrededor? ¿Crees que eres agradecido con la vida que te ha tocado vivir?
Muchas personas se centran en aquellas cosas, personas o situaciones que no tienen y que creen que serían maravilloso tenerlos e infravaloran lo que tienen en su entorno, aunque, muchas veces, esas «necesidades» que parecen ideales en la distancia luego una vez los consiguen no aportan nada.
Valorar lo que tienes es sinónimo de aprender a ver aquellos pequeños momentos que no podrías comprar ni con todo el oro del mundo. Seguro que si prestas atención a tu alrededor descubrirás muchos de estos tesoros. Algunos de ellos son:
— Un hogar confortable con millones de comodidades (lavadora, agua caliente, calefacción, nevera, colchón…). No hace tanto tiempo, sólo un par de generaciones atrás, las personas vivían sin tantas comodidades (pregúntale a tus padres y abuelos y te darás cuenta de la suerte que tienes).
— Comida. Ahora tenemos alimentos a la vuelta de la esquina, los supermercados te ofrecen todo lo que quieras comer sin ningún esfuerzo extra salvo pagarlo. Tenemos carne, pescado estés cerca del mar o no, frutas sea su temporada o no, verduras y millones de productos procesados, que se conservan más tiempo e incluso productos de otros países sin necesidad de moverte de tu ciudad e incluso de casa.
— Salud. Vivimos en la sociedad que más medicamentos e investigación científica tiene (aunque deberíamos de priorizar más en esto y no en otras tonterías que priorizan). Hoy en día en los países desarrollados como el nuestro, tenemos erradicadas muchas enfermedades por las que antes las personas morían. Tenemos hospitales y centros de salud dotados de tecnología que nos ayuda a tener una mejor calidad de vida y salud.
–Ropa. Lo de la ropa no tiene nombre, tenemos unos armarios por encima de nuestras necesidades ¿o no?
— Amigos y familia. Hay personas con más amigos o familia que otros pero la mayoría de nosotros tenemos un entorno que, en ocasiones, no valoramos. Y si tu caso es que no has tenido mucha suerte con la familia o amigos y te sientes solo, hoy en día tenemos oportunidades de ocio múltiples. Podemos conocer a personas en cualquier sitio; estudiando algo que te apetezca, apuntándote a alguna actividad social e incluso desde el sofá de tu casa.
Y ahora… ¿Sigues pensando que no tienes motivos para dar las gracias a la vida y para ser feliz con lo que tienes?
Hasta la próxima semana!!!