Los estados y actitudes emocionales más frecuentes de nuestros hijos en etapa adolescente son la intolerancia, la irritabilidad, la arrogancia, la incredulidad y el aislamiento. Estos estados pueden llegar a ser contagiosos, y frustrar a menudo nuestra intención de dar lo mejor de nosotros para hacer frente a las demandas de nuestros hijos y, a su vez, desalentar nuestro ánimo cuando sentimos que no contamos con el tiempo y la energía suficiente para realizar un esfuerzo adicional para acercarnos a ellos. Por eso, y cada vez más, estamos llamados a ser efectivos en nuestras interacciones y hábiles en el abordaje de las situaciones críticas que vivimos junto a ellos.
¿Qué podemos hacer?
Vamos a compartir 3 acciones puntuales que me están resultando y siguen mejorando la relación con mis hijos adolescentes.
1.- Actúa como prójimo, no como amigo. Habla con tu hijo con sentido de proximidad. Como alguien que ya pasó por lo que está pasando. Recuerda que tú precisamente porque eres su padre/madre, eres la última persona a quien tu hijo le confiaría sus anécdotas privadas o algún episodio sentimental en detalle que lo comprometa personalmente. Sus relatos contigo son por naturaleza censurados. ¡No eres el amigo en quien confía libremente! Sin embargo, puedes convertirte en una opción accesible para él si logras conectarte temáticamente con sus emociones y sentimientos a través de tus propias vivencias.
Una regla fundamental en el trato con adolescentes: “Si quieres que se abra contigo, ábrete primero”. Si lo percibes distraído, háblale de cómo una vez te costó llamar la atención tu equipo de trabajo, tu jefe o una chica. Si está triste háblale de lo que sentiste cuando perdiste a un familiar amado. Si se siente traicionado háblale de cómo viviste una infidelidad siendo un tercero en la relación, como el traicionado, o incluso como el infiel. Bordéalo pero nunca al grano. Quizás tengas que hacerlo varias veces antes de que se abra frente a ti y consigo mismo. Pero cuando lo haga, no te apresures en dar respuestas ni en imponer tu punto de vista. Habrá mucho de que hablar y él señalará el punto de partida. En este momento, será su turno de abrirse y el tuyo de escuchar como prójimo. No lo interrumpas.
2.- Respeta su territorio, no invadas su privacidad. Su territorio es su habitación. Buscar rastros de una sospecha que te incomoda entre sus objetos personales, en el closet, escritorio o en los archivos de su ordenador es un acción de choque que cualquier adolescente siente como una agresión y fuera de orden. Muchos la sienten incluso como un asalto, un atentado o un secuestro de la propia intimidad. Y si los responsables de estos actos terroristas de invasión y saqueo somos los propios padres, es natural entender: ¡Porque hoy no somos sus mejores amigos!
Por el contrario, toca la puerta y pídele permiso para entrar antes de disponerte a abrir la puerta de su cuarto. Esto demuestra que respetas su espacio y por ende lo que él haga ahí. Ya es un adolescente y está haciendo lo mismo que tú hacías a esa edad en tu cuarto. Recuerda que la masturbación fue la vía natural e intuitiva para explorar tu sexualidad. Sólo debes estar alerta de los excesos. Otra razón por la que prefiere estar solo en su cuarto es porque ya sabe que la soledad puede ser una musa, un espacio para la autoreflexión. También, prefiere estar sólo en su cuarto paradójicamente para socializar. Los videochats o chats en linea, son la opción comunicacional más recurrente de su generación. Respetar su territorio también significa respetar su privacidad online. No debes pedirle sus claves de acceso a perfiles de redes sociales. De igual manera, no debes revisar los mensajes de texto de su móvil ni su registro de llamadas. Por eso bloquean su celular. ¿Entendiste que no quieren sentirse invadidos?
3.- Muestra interés por la música y series que le gustan. Lo que escucha y ve tu hijo le causa placer. No hay otra explicación. Ir en contra de este goce para él es antinatural. Además, se siente identificado con la letra de una canción, o con los personajes de una serie. Hay tanto de él, en esa canción o programa que criticas, que su solo contenido podría dar cuenta de cómo siente y piensa. La manera en que estas canciones o programas representan y revelan sus intereses es impresionante. Puedes llegar a conocer muy bien a tu hijo conociendo cuáles son sus bandas preferidas y sus personajes de ficción más influyentes. Involúcrate a fondo con lo que disfruta. Coméntale tus impresiones de una banda, un actor, un personaje, un libro. Cuéntale como éstos se parecen a otros amigos o personas que conocen en común, cómo te recuerdan a otros integrantes de la familia. Ten en cuenta que estos son los héroes, antihéroes y modelos que están dispuestos a seguir.
Las historias, canciones y causas que representan están tan llenas de sentimiento y de tanta carga emocional como su propia vida. Representan su voz interior, su bandera social y rememoran sus anécdotas afectivas. Criticar y rechazar esas canciones y personajes podría ser equivalente a criticar y rechazar a los amigos con quienes hacen comunidad y comparten sus sueños. ¿Te das cuenta del tamaño y la altura de la barrera que levantas al criticarlos? Acompáñalo a un concierto.
¿Qué os parecen estas ideas para acercaros a vuestros hijos adolescentes? ¿Habéis intentado alguna de ellas?
Hasta el próximo día!!
2 comentarios
A pesar del tiempo que hace que escribiste este artículo…… que maravilla poder releerlo. Ahora es cuando tengo que ponerlo en práctica jejejeje. Damos por hecho muchas cosas que les pasan porque nosotros ya las hemos vivido y olvidamos que para ellos es la primera vez…Muchas gracias 🙂 por ayudarnos y darnos ideas de como hacerlo mejor.
Muchas gracias Ampa!!!! Gracias por tu comentario. Espero que estas pautas puedan ayudarte. Un abrazo