Los estudios realizados sobre atención psicológica demuestran que una buena parte de los niños que llegan a las consultas de los psicólogos o que requieren de una intervención escolar personalizada, tienen lo que en términos coloquiales podríamos denominar un «retraso del lenguaje», sin que existan otras patologías que en principio pudieran dar razón de este desfase evolutivo. Es decir, que son niños que no presentan ninguna patología evidente más allá de un nivel reducido en el desarrollo y la adquisición del lenguaje.
El trastorno específico del lenguaje (TEL) es un trastorno en el lenguaje caracterizado por la incapacidad para utilizarlo. Es un inicio retrasado y un desarrollo enlentecido del lenguaje que no puede relacionarse con un déficit sensorial, un déficit motor, deficiencia mental, trastornos psicopatológicos, privación socioafectiva ni lesiones cerebrales evidentes.
El trastorno específico del lenguaje es un trastorno que afecta a una cantidad de niños que oscila entre 0.6% y 7.4%, obedeciendo dichas diferencias a los criterios para clasificarlos y a la edad de los propios niños.
Habitualmente se detecta en la infancia y se diferencia de un retraso simple del lenguaje en que no evoluciona tan rápido y favorablemente como éste, por lo que es un trastorno grave y duradero que afecta a la adquisición del lenguaje desde sus inicios, se prolonga durante la infancia y la adolescencia, pudiendo dejar en algunos casos secuelas significativas en la edad adulta.
Todos los niños no presentan los mismos síntomas porque no afectan siempre de la misma manera ni con la misma intensidad a todos los componentes del lenguaje, como son la comprensión, la pronunciación, el uso de la sintaxis o la capacidad de uso social del lenguaje y de la comunicación.
En resumen, los niños diagnosticados con TEL muestran un funcionamiento correcto en la mayoría de áreas de funcionamiento, no muestran otros trastornos concomitantes, y tienen evidentes dificultades en el lenguaje sin razones aparentes.
¿Cómo puedo ayudarle?
En niños preescolares es fundamental otorgar vivencias que estimulen los sentidos, las percepciones, el movimiento, lo emocional y esto se logra jugando con tus hijos a:
- Imitar palabras, hablando lento o rápido.
- Imitar sonidos de animales y objetos conocidos (onomatopeyas).
- Imitar la expresión de estar contento, triste, enfadado…
- Personificar animales, dando características del movimiento y de los sonidos que realizan.
- Nombrar objetos o lugares que visitan.
- Preguntarles con qué sonido empiezan algunos objetos.
- Cantar, recitar…
- Jugar a mover la lengua y experimentar diferentes sabores, texturas…
- Realizar juegos simbólicos como jugar a médicos, profesores, a vender productos…
- Desarrollar actividades situadas en un contexto: Experiencias simuladas tales como cocinar, reparar algún objeto… En estos juegos preguntarles por los objetos o herramientas que se utilizan y para qué sirven, qué personas trabajan…
- Mostrar y decir: qué es, cómo es, para qué sirve, ante la presencia de objetos, personas y animales.
- Construir narraciones, cuentos e historias breves, de base concreta. Trabajar con la situación y la simulación de ésta. Es importante que los contenidos logren mantener la atención y el interés de los niños.
Con estas recomendaciones puedes ayudar a estimular el lenguaje en el niño/a pero cuando la dificultad con el lenguaje es muy significativa es conveniente buscar ayuda profesional experta para acelerar el proceso.
Hasta el próximo día!!