¿Cómo se crea un trauma infantil?

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Las situaciones, conflictos y problemas que vivimos durante la infancia, no siempre se quedan enterrados en el pasado. De hecho, muchas de esas vivencias se quedan enquistadas en lo más profundo del inconsciente y desde ahí ejercen su influjo sobre nuestra vida cotidiana, aunque la mayoría de las veces ni siquiera somos conscientes de ello. 

El trauma se define por la forma en que una persona reacciona e interpreta ante ciertos eventos que le suceden. Por tanto, lo que para una persona puede ser traumático, para otra puede no serlo, lo que hace que algunas personas pueden lidiar con el trauma y seguir adelante rápidamente. En cambio, otros, pueden no ser capaces de sobrellevarlo generando así un trauma psicológico

Algunos niños podrían ver un evento como traumático incluso aunque los adultos que se encuentran en su entorno no lo califiquen así. Por ejemplo, después de un incendio en su casa, los padres están ocupados arreglando los papeles con la compañía de seguros y reconstruyendo la situación pero los niños solo ven que sus juguetes y su habitación, en definitiva, las cosas que les hacían sentirse seguros, han desaparecido y han sido destruidas.
 
Cualquier evento que haga que un niño no se sienta seguro y protegido, puede ser interpretado como traumático. Debido a que la magnitud del trauma es calificado por la persona que lo experimenta, ninguna lista puede incluir todas las causas de traumas que pueden afectar a los niños aunque un poco más adelante veremos las situaciones más comunes que pueden generar un trauma psicológico

Principales causas que pueden generar traumas infantiles

Aquí tenemos algunas de las causas más habituales que pueden generar un trauma infantil:

Operación o enfermedad grave:  La permanencia del niño en el hospital debido a una enfermedad grave o una cirugía.

 
Presenciar un accidente: El niño ha sufrido un accidente automovilístico, una caída grave o una lesión deportiva, un incendio en su casa u otro accidente grave que amenaza sus sensaciones de seguridad y protección.
 
— Falta de afecto. En ocasiones, no hace falta que lleguemos a extremos tan lamentables como un abuso o el maltrato infantil. Muchas veces, esos niños que crecen sin arraigo familiar o con unos padres que no han sabido, o no han querido estrechar ese vínculo imprescindible con sus hijos, provoca que se llegue a la madurez con muchas carencias y faltas.
 
Abuso constante e intenso: El menor es acosado por una o más personas a lo largo de un período de tiempo. Los abusadores podrían ser compañeros de clase, de equipo, vecinos u otras personas de la vida cotidiana o no del niño. 
 
Separación de los seres queridos: La separación del pequeño de sus seres queridos debido a un despliegue militar, un divorcio, un encarcelamiento puede generar desbarajustes psicológicos y generar un trauma psicológico
 
Desastres naturales: La vivencia del menor de un evento grave como un tornado, huracán, incendio forestal, inundación, etc. 
 
Abuso emocional: Un padre u otro adulto del entorno del menor que frecuentemente le insulta, humilla y le desvaloriza.
 
Sentirse traicionado: Una de las cosas que no perdonan los niños, es haber sido traicionados, sobre todo por alguno de sus padres. Sin embargo, se trata de una situación bastante común ya que muchos padres hacen promesas que luego no cumplen. De esta forma, generan en el niño la idea de que el mundo es un sitio poco fiable. Sin embargo, si no logramos confiar en las personas, nos convertimos en ermitaños, aislados del mundo, que nunca podrán lograr confiar en los demás y que pueden sentirse muy solos. Estas personas normalmente se comportan de manera fría y distante e intentan construir un muro en sus relaciones interpersonales y no dejan que los demás entren en su intimidad.
 
Abuso físico: Uno o ambos padres u otro adulto del entorno del niño, con frecuencia le empuja, agarra, abofetea o le tira objetos. El abuso físico también puede incluir golpes que le dejen marcas o le produzcan otro tipo de lesiones físicas.
Abuso sexual: Cualquier actividad sexual realizada entre un adulto y un niño. El abuso sexual también puede ocurrir entre niños. Esta actividad sexual puede incluir llamadas telefónicas con mensajes obscenos, tocarse, exponerse a pornografía, prostitución o violación. 
 
Abandono: Vivir situaciones en las que el menor tengan carencias en sus necesidades básicas como comer, usa ropa sucia y no tiene nadie que lo proteja. Puede ocurrir en cualquier entorno pero habitualmente en hogares donde los padres se encuentran demasiado ebrios o drogados y no se encuentran en condiciones para hacerse cargo del niño o para proporcionarle al niño las necesidades que pueda tener en cada momento.
 
Pérdida de un ser querido: El niño pierde a un padre biológico por divorcio, abandono, muerte u otra razón.
 
Aislamiento dentro de la familia: Vivir en un entorno donde parece que nadie en la familia parece querer al pequeño o no sentirse considerado ni importante ni especial. Los miembros de la familia no se cuidan los unos de los otros, no se sienten cerca los unos de otros ni se apoyan.
 
Violencia doméstica: Experimentar violencia doméstica por los padres del menor puede generar graves secuelas psicológicas. Este es un comportamiento utilizado por una persona en una relación para tener poder sobre el otro y/o controlarlo, es una conducta que puede generar en el menor el aprendizaje por modelado de la manera en la que puede conseguir las cosas. El abuso incluye acciones o amenazas de abuso físico, sexual, emocional, económico o psicológico. Esto incluye cualquier comportamiento que amedrente, intimide, aterrorice, manipule, dañe, humille, culpe, lesione o hiera a alguien.
 
Sentirse tratado injustamente. Hace poco se descubrió que los niños muy pequeños, de apenas 15 meses, ya tienen un sentido de la justicia lo suficientemente desarrollado como para catalogar una situación como desigual o igualitaria. Por eso, recibir una educación en la que han sido víctimas de injusticias frecuentes, maltrata profundamente su “yo”, transmitiéndoles la idea de que no son merecedores de la atención de los demás. 
 
— Violencia comunitaria: Ser herido en algún acto violento o ser testigo de estos puede generar graves secuelas psicológicas y generara trauma psicológico. En ocasiones, es suficiente con que el niño escuche referencias a actos violentos para experimentar un trauma.
 
Enfermedad mental en su entorno: Alguien en el hogar del pequeño está deprimido o padece alguna otra enfermedad mental y/o ha intentado suicidarse.
 
Sentirse humillado: Se ha demostrado que el rechazo y la humillación social, no solo provocan sufrimiento sino un dolor a nivel físico ya que esta sensación comparte los mismos circuitos cerebrales que el dolor. La humillación ya resulta difícil de sobrellevar para un adulto, por lo que para un niño puede ser una herida atroz

Terrorismo: Un menor que presencia un atentado terrorista o escucha comentarios sobre alguno de ellos, especialmente cuando este se produce en un lugar donde el niño cree que debería ser seguro. El niño podría experimentar un estrés aún mayor si hay niños de su entorno que resultan heridos o mueren.
 
Huida de casa como refugiado: Un niño es alejado de su hogar, frecuentemente después de haber sido víctima de actos violentos o si siente un miedo intenso de ser dañado.

Síntomas de traumas infantiles

Hay momentos en los que nuestros hijos se pueden comportar de forma que no entendemos. Si dura poco tiempo, no deberíamos darle importancia pero si se repite el comportamiento o se dan varios de estos síntomas con frecuencia, lo recomendable sería pedir ayuda cuanto antes.
 
Síntomas emocionales y psicológicos de trauma:
 
Enfado, irritabilidad y cambios de humor que se ven en tu hijo cada día.

— Ves a tu hijo triste y sin esperanza.

— Cuando observas y le notas confuso o que tiene dificultades para concentrarse.

— Muestra ansiedad y nerviosismo.

— Se le nota con miedo y así lo expresa. 

— Los síntomas más físicos se hacen notar cuando el menor tiene insomnio, pesadillas o dificultades para dormir.

¿Has pasado por alguna situación traumática? ¿Conoces a alguien que se haya sentido así?

Hasta el próximo día!

 
 
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2 comentarios

    1. Siento que tus hijos hayan tenido que pasar por esto, seguro que son fuertes y salen adelante con su vida sin secuelas

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