7 claves para acabar con los problemas de alimentación
Artículo actualizado el 5 enero, 2020
por
Amparo Calandín
Los problemas de alimentación afectan al 25% de los niños sanos y al 80% de los que tienen algún tipo de enfermedad crónica.
Los trastornos de la conducta alimentaria que afectan en la primera infancia (de 0 a 6 años) y que le impiden al niño crecer y engordar pueden ser debidos a una causa orgánica, pero también puede deberse a una alteración en el vínculo materno-familiar.
Una intervención temprana en estos problemas de alimentación que suceden en los primeros años de vida, es básico para la prevenir posibles alteraciones en el desarrollo emocional del niño y en la construcción de un vínculo afectivo estable con los padres.
El papel del psicólogo es clave para tratar a los niños en sí mismos como a vosotros como vínculo familiar para así, romper el mecanismo que mantiene los síntomas de ese trastorno alimenticio.
¿A que pueden ser debidos?
– Aversión alimentaria. Es aquella que padecen aquellos niños que solo quieren comer un tipo de alimentos, por ejemplo, puré de un mismo color, de un sabor o de una textura concreta, aquellos que no mastican o aquellos que se niegan a comer determinadas cosas.
– Enfermedad. Algunos niños que padecen alguna enfermedad y que, incluso, llevan un botón gástrico vía que lleva a la alimentación directa al estómago, por lo que nunca han comido por boca. El tratamiento se realiza en el hospital y con la presencia de los padres, para que progresivamente ellos mismos aprendan y puedan hacerlo.
¿Qué podemos hacer?
Cuando los niños no comen debido a una aversión alimentaría nosotros como padres podemos seguir algunas pautas para que estas resistencias vayan disminuyendo hasta conseguir que presenten una alimentación normalizada.
1. Fomenta un ambiente agradable en las comidas. La hora de comer debe ser armonioso y agradable para el niño. Evita que la comida esté relacionada al castigo, si no se acaba lo que hay en el plato.
2. Modifica su percepción de la cantidad de comida. Sirve al pequeño la cantidad de comida que precisa en función de su edad en un plato más grande. De esta manera, creerá que hay poca cantidad de comida dentro del plato.
3. Anímale a ser autónomo. Puede motivarle poner la mesa, déjale que se sirva él mismo y que decida y tenga cierta autonomía sobre sus gustos gastronómicos.
4. Comer en familia. Siempre sea posible permítele que coma en familia para que aprenda de vosotros los hábitos alimenticios, asimilando la conducta y el modelado familiar.
5. Fomenta una alimentación sana y equilibrada. Permítele que escoja su menú, esto puede influir en el éxito o en el fracaso de su alimentación. El éxito significa que tu hijo debe probar una variada cantidad de alimentos saludables para ir acostumbrando su paladar a las distintas texturas y sabores.
6. Evita caprichos y exquisiteces. La hora de la comida tiene un lugar, un tiempo y objetivo claro, preciso y necesario.
7. Sírvele sólo lo que necesita. Tu hijo no puede comer la misma cantidad que vosotros como adultos. Deja que él, en la medida de lo posible, decida y coma la cantidad de comida que necesita para satisfacer su hambre y desarrollar de forma sana sus gustos.
¿Qué os parecen estos consejos? ¿Habéis aplicado alguno con vuestros hijos/as? No dejes de contarnos vuestras experiencias seguro que pueden ayudar a muchos padres.
Hasta el próximo día!!
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Directora de «Amparo Calandín Psicólogos». Licenciada en Psicología en 2009 por la Universidad de Valencia. Colegiada nº CV11319 por el Colegio de psicólogos de Valencia. > Ver currículum Amparo Calandín